Increíble el robo que han sufrido unos ciudadanos en Arenas de Iguña, Cantabria, lugar donde han fijado su segunda residencia: no les han dejado ni los árboles del jardín. Como lo leen.
El pasado 29 de octubre, las dos personas regresaron a la casa que tienen en Arenas de Iguña, y cuál fue su sorpresa cuando descubrieron que la habían desvalijado. Hacía un mes que no la visitaban. Tiempo más que suficiente para que incluso ladrones inexpertos vaciaran la vivienda.
Un pueblo de 1.600 habitantes
Según denunciaron a la Guardia Civil, los ladrones no les dejaron nada. Se lo llevaron todo: vajillas, herramientas, un casco, un televisor, una aspiradora, una videoconsola, un enfriador de botellas, una cubertería, un juego de té, una botella de champán, una minicadena, el motor y el remolque de una zódiac... y hasta los árboles del jardín, que estaban talados.
Pero tan sorprendente como los objetos robados es quién está detrás del saqueo. En un pueblo todo se sabe, y más si es tan pequeño como Arenas de Iguña, con poco más de 1.600 habitantes. Así que la Guardia Civil lo tuvo relativamente fácil para dar con el culpable.
Poco a poco, día a día
Muy pronto, durante las inspecciones por el jardín, los agentes averiguaron que el garaje contiguo a la casa desvalijada estaba hasta arriba de objetos de todo tipo, que los denunciantes identificaron. Y llamaron a la puerta. No abrió nadie. Tuvieron que esperar a que el vecino, A. M. G. (de 48 años), regresara a su hogar. Lo hizo conduciendo un vehículo, en cuyo interior hallaron dos grandes estuches (una cubertería de plata y un juego de té). Lo detuvieron ipso facto.
A. M. G. vació la casa de sus vecinos, día a día, durante el mes de su ausencia. Lo de los árboles lo tendrá que explicar.