Cada mañana, antes de entrar a trabajar en la clínica dental, su jefe le pedía que se cambiara de ropa en una pequeña habitación. No obstante, Arantxa --pseudónimo-- desconocía que era grabada con una cámara oculta mientras se desnudaba.
El Tribunal Supremo ha condenado a pagar 62.000 al dentista que tomó las imágenes en, al menos, seis ocasiones. Los hechos, que han sido adelantados por el programa Espejo Público de Antena 3, tuvieron lugar en noviembre de 2015, cuando la mujer se incorporó al puesto de trabajo.
Un pendrive con vídeos
Según el relato de esta, fue a los cuatro meses cuando, mientras se cambiaba de ropa, localizó un pendrive con grabaciones en las que ella aparecía desnuda. Fue a partir de ahí cuando esta contactó con un abogado y denunció al acosador.
Arantxa ha asegurado que hasta conocer la existencia de los vídeos había una buena relación entre jefe y empleada. No obstante, según grabaciones aludidas por Antena 3, el dentista llega a pronunciar la palabra bragas, al tiempo que dice:"¿Me puedo quedar? Me hace ilusión”.