A lo largo de un año, entre los meses de mayo de 2017 y 2018, un ciudadano turco que responde a las iniciales S.C. realizó más de 45.000 llamadas al teléfono de emergencias de la policía. El ahora acusado de colapsar la línea podría ser condenado a prisión por estos hechos. En las miles de llamadas realizadas el ciudadano nunca efectuó denuncia o consulta alguna, por lo que se entendió que no eran necesarias.
El motivo de este aluvión de llamadas a la policía turca fue la soledad, que provocó que el sujeto necesitase alguien con quien hablar. Las sorprendentes cifras dejan una media de 123 contactos al día.
La policía fue a su casa
La cantidad de llamadas recibidas del mismo sujeto durante un período tan prolongado de tiempo provocó que las autoridades terminasen llamando a su puerta. Las repetidas llamadas a las que tuvo que hacer frente la policía turca provocaron el colapso de la línea. De esta forma, la fiscalía considera que se impidió a los funcionarios públicos realizar su trabajo de forma adecuada.
Según han relatado los medios locales, este ciudadano residente en Estambul se habría divorciado recientemente. También había padecido problemas de alcoholismo, lo que le empujó a la compulsiva realización de llamadas.
Piden cinco años de cárcel
La pena a la que podría enfrentarse este turco de 55 años podría llegar a los cinco años de prisión que solicita la fiscalía en el peor de los casos. La respuesta del ciudadano a la acusación se basó en sus necesidades comunicativas.