Un suceso ha consternada a Tailandia. Trece personas, entre ellas doce niños, han quedado atrapados en una cueva en el distrito de Mae Sai, al norte del país. Los pequeños, de entre 11 y 16 años, se perdieron hace nueve días en una cueva.
Pese a los esfuerzos de los equipos de rescate, todo indica a que tendrán que pasar meses dentro de la cueva hasta que puedan ser rescatados. Los pasadizos que conducen hasta donde se encuentran están inundados de agua, barro y piedras, algo que dificulta la visibilidad y una operación de rescate exitosa. Otra de las opciones que se han barajado es que los menores salgan nadando, pero para ello tendrían que aprender a nadar y bucear.
Atrapados por el riesgo
Además, se prevén fuertes precipitaciones para los próximos días en esta región de Tailandia, fronteriza con Laos y Birmania, situación que amenaza con obstaculizar la zona y empeorar aún más las labores de rescate. Los equipos de rescate ya han facilitado hasta el lugar alimentos y agua para al menos cuatro meses, así como medicinas. Las autoridades tratan también de desplegar a lo largo de la cavidad una cable telefónico que permita a los menores hablar con sus familiares.
“Mientras que los niños sepan que sabemos dónde están, tengan comida, una manera de mantenerse calientes, agua o sistemas de filtración y luz, realmente lo más seguro sería esperar. Llevarlos al agua sería extremadamente peligroso para los niños y el entrenador, pero también para los rescatistas”, aseguró Edd Sorensen, del grupo Rescate y Recuperación Internacional de Cuevas, al diario británico ‘The Guardian’.