Los pescadores de un concurso celebrado en Citarum, Indonesia, capturaron una presa inesperada. Tras echar las cañas al mar se llevaron el susto de su vida cuando vieron que lo que había 'picado' era el cadáver de un joven.
Uno de los pescadores, identificado como Safari, sintió que algo había mordido su anzuelo y se dispuso a recoger el carrete.
Cuando comenzó a recoger el sedal, vio una cabeza. El resto de pescadores en el barco y otras embarcaciones pequeñas cercanas se acercaron a contemplar los hechos. Tras la cabeza, empezó a asomar el cuerpo.
La Policía intervino y procedió al rescate del cadáver. La autopsia no ha determinado signos de violencia y las primeras hipótesis apuntan a que el joven murió ahogado.