En 2011, Suiza cambió su legislación sobre la venta y el consumo de marihuana. Las leyes ahora respaldan la comercialización de la misma, siempre y cuando el cliente supere la mayoría de edad y el género contenga menos de un 1% de tetrahidrocannabinol (THC), el principal constituyente del cannabis. Una sustancia que provoca el efecto psicodélico de dicho estupefaciente, pero cuya limitación evita esa sensación embriagadora tan característica. Una situación que las multinacionales presentes en el país no han querido dejar escapar.
La famosa cadena de supermercados Lidl se ha embarcado en una aventura controvertida y polémica para gran parte de la población. El pasado 18 de abril, sus establecimientos ubicados en tierras suizas dieron la bienvenida a un nuevo producto: paquetes de cigarrillos de cannabis. Estos fueron presentados al público como un “sustitutivo natural del tabaco”, según ha explicado la propia compañía a través de un comunicado oficial.
Pasillo del supermercado / CREATIVE COMMONS
Su objetivo no es proporcionar al cliente un subidón con fines lúdicos, sino todo lo contrario: actuar como un antiinflamatorio y relajante complementario a los medicamentos convencionales. La start up The Botanicals se encuentra detrás de esta iniciativa, que termina en el punto de venta a través de dos formatos muy distintos. Por un lado, el supermercado ofrece una bolsa de marihuana de 1,5 gramos, cuyo precio asciende a los 15 euros; mientras que por 16,75 euros se puede adquirir también un envase de 3 gramos.
Un producto totalmente natural
Los cigarrillos de Lidl son de liar y están compuestos por ingredientes 100% naturales. El tabaco contiene el 0,8% de tetrahidrocannabinol y un 21% de cannabidiol, principio recomendado para luchar contra la ansiedad y los espasmos que sufren los pacientes con esclerosis múltiple. Durante el proceso no se utilizan sustancias modificadas, ni agroquímicos y mucho menos elementos sintéticos. Todo el producto se cultiva, prepara y comercializa en Suiza.
Maleza de marihuana / CREATIVE COMMONS
Esta decisión supone un paso de gigante en la lucha de algunos países por legalizar el consumo y la venta de cannabis. Actualmente, las multas relacionadas con dicha actividad ascienden a los 30.000 euros, sobre todo si tiene lugar en espacios públicos. Uruguay, Holanda, Jamaica o Estados Unidos son algunos de los puntos que ya han normalizado esta práctica.