La actividad sísmica a lo largo del denominado Anillo del Fuego del Pacífico ha sido una de las protagonistas del inicio del 2018. Desde que comenzó el año se ha convertido en el área con mayor actividad sísmica y volcánica del planeta.
A principios de enero Alaska experimentó un terremoto y un volcán erupcionó en Filipinas. Tras estos hechos, zonas de Guam, Japón y Taiwán siguieron la estela sísmica. La proximidad entre países no pasa desaparecibida para los científicos que creen que un terremoto de mayor envergadura se acerca.
40 días de movimientos sísmicos
En enero un terremoto de 7,9 en la escala Richter tuvo lugar en Kodiak, Alaska, y otro de 6,4 afectó Indonesia la misma semana, a la vez que el monte Kusatsu-Shirane entró en erupción en Japón, desatando la alerta de tsunami.
El 6 de febrero un terremoto de 6,4 sacudió la costa este de Taiwán, causando 17 muertes y dejando unas 180 personas heridas. Este martes una serie de temblores de entre 4,9 y 5,7 sacudió la isla de Guam. Y desde el 11 de febrero Japón ha sentido tres terremotos de magnitudes entre 4,5 y 4,5 en el norte, centro y sur del país. También otro volcán entró en erupción en Filipinas, provocando la evacuación de más de 60.000 residentes.
Algunos expertos piensan que los terremotos registrados en los países que rodean la placa tectónica del Pacífico son mera coincidencia, pero otros ven algo más allá. Aun así, hay que tener en cuenta que alrededor del 90% de los terremotos en el mundo ocurren en esta región, que además alberga a tres de cada cuatro volcanes del planeta.