La Audiencia Provincial de Sevilla juzgó este martes a un funcionario acusado de vejar y abusar sexualmente entre los años 2012 y 2014 a cinco internas de la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra, hechos que dieron lugar a su suspensión temporal de funciones en 2014.
La Fiscalía solicita siete años y medio de cárcel y 18 años, seis meses de inhabilitación y el pago de una multa de 7.200 euros por el delito de abuso sexual. Le atribuye cinco delitos contra la integridad moral, un delito de abuso sexual y un delito de actividades prohibidas a los funcionarios.
También reclama, en concepto de responsabilidad civil, que el acusado y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, en su condición de tercero responsable civil directo, indemnicen con un total de 6.500 euros a las cinco internas víctimas de las vejaciones.
Se metió en la ducha de las internas
Según la Fiscalía, el acusado ocupó en el centro penitenciario distintos destinos “que le permitían el contacto con las internas allí recluidas”, entre las que cita a cinco presuntas víctimas.
El funcionario aprovechaba su condición para mostrar a las internas “videos de contenido pornográfico que tenía almacenados en su teléfono móvil”, y se dirigió a una de las víctimas como “tortillera, machorra, pinchito”, en referencia a su condición sexual.
La Fiscalía agrega, asimismo, que durante el tiempo que coincidió con otra de las internas, el funcionario “se introdujo hasta en dos ocasiones en la ducha en la que se encontraba desnuda”, y en una de estas ocasiones le dijo “he visto tetas mejores que las tuyas”. El acusado también tocó con “ánimo libidinoso los glúteos” de la víctima, hecho “que originó intranquilidad y desasosiego en ella”.
Masajeado por las internas
El Ministerio Público señala que todos estos hechos “se han visto acompañados de otros comportamientos del acusado” que dieron lugar a la apertura de un expediente disciplinario por la que se acordaba la suspensión temporal de funciones para el funcionario.
Dentro de estas conductas, la Fiscalía destaca, entre otras, la de hacer regalos a las internas, cartearse con ellas, permitir ser depilado y/o masajeado o desobedecer las instrucciones de la dirección del centro.