Una mujer de China llamada Xu sufría desde hacía dos años un fuerte picor y ardor en los ojos. La mujer usaba líquido para los ojos para aliviar el picor y medicina casera, pero la poca efectividad de sus remedios la obligó a visitar al médico.
La afectada se dirigió al hospital de Wuhan y le contó la médico que hacía varios años que le picaban los ojos y en los últimos meses había llegado a un punto insportable.
Cuando el médico le preguntó cómo era posible que hubiese tardado tanto en acudir al médico, esta le contestó que simplemente se había acostumbrado a la enfermedad.
El médico decidió investigar el origen de la dolencia en la casa de la afectada, ya que sospechó que este podría ser el foco desencadenante. Al explorarle los ojos, el médico le diagnosticó conjuntivitis y blefaritis, una inflamación del párpado y la capa conjuntiva del ojo, que había sido provocada por centenares de parásitos.
El médico decidió inspeccionar su casa para saber de donde venían estos diminutos parásitos que se habían alojado en sus ojos y descubrió que se alojaban en su almohada. La mujer confesó que no lavaba la funda de la almohada desde nada menos que el año 2012. Es decir, más de 5 años sin lavar la almohada.
En esta almohada, se habían criado todo tipo de gérmenes y ácaros que atacaban y reproducían en los ojos de la dueña.
Además, según se investigó, el hecho de que la habitación tuviese una muy mala ventilación fue también algo que agravó la situación y creó el clima perfecto para la proliferación de estos ácaros, principalmente Demodex folliculorum y Demodex brevis.
Por fortuna, la señora Xu, después de recibir tratamiento, se recuperó completamente al poco tiempo.