Una abeja poliniza flores / CG

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Crónica Directo

La rinitis alérgica puede provocar halitosis

Los expertos proponen medidas de control ambiental, manejo farmacológico e inmunoterapia

20 marzo, 2017 09:34

La rinitis alérgica puede predisponer a la halitosis por la acción de bacterias en la mucosidad estancada, ha informado el director del Instituto del Aliento y responsable de la Unidad del Aliento del Centro Médico Teknon (Barcelona), Jonas Nunes, con motivo del comienzo de la primavera.

Así lo ha confirmado diversos estudios como, por ejemplo, una investigación realizada por un equipo de otorrinolaringólogos en Turquía en el que, tras estudiar a 83 personas, 53 de ellas con rinitis alérgica, observaron que los pacientes con rinitis alérgica emitían compuestos de azufre en su aliento en una cantidad significativamente superior, confirmando que la relación entre este trastorno y la halitosis es "más que una coincidencia".

Por otro lado, el director del departamento de Otorrinolaringología y codirector de la Unidad del Aliento en Teknon, Jordi Coromina, quien ha señalado que existen ciertas bacterias que usan la mucosidad nasal como sustrato proteico, liberando mal olor, sobre todo en ambiente de anaerobiosis, creando así un escenario aún más favorable para estas bacterias.

¿Cómo abordarlo?

Dicho esto, los expertos han informado de que el abordaje de la rinitis alérgica abarca tres categorías fundamentales: medidas de control ambiental y prevención de alérgenos; manejo farmacológico; e inmunoterapia.

En el primer caso, han recomendado reducir la exposición al polen durante esta estación del año. "Para los ácaros del polvo, cubrir el colchón y la almohada con cubiertas impermeables ayuda a reducir la exposición, además de cambiar y lavar la ropa de cama en agua caliente cada dos semanas", han señalado.

Respecto a la toma de medicamentos, como los antihistamínicos o los corticoides, los doctores han recordado que tiene que estar supervisada siempre por un profesional. La inmunoterapia, por su parte, es un proceso a largo plazo, ya que la mejora no es evidente hasta pasados entre seis y 12 meses. Además, no está exenta de riesgos, ya que en ocasiones puede provocar reacciones alérgicas.