Nueva jornada de cine catalán en Málaga. Y ya van cuatro, los mismos que tiene el festival. En esta ocasión hay tres realizadoras en competición oficial con dos cintas: Silvia Munt y Las buenas compañías, y Alba Cros Pellisé y Nora Haddad Casadevall con sus Alteritats.
Ambas tienen varios puntos en común. En primer lugar, lo obvio, tras las cámaras hay mujeres cineastas. Obviamente, todas ellas ofrecen una mirada de la realidad, ya sea histórica o presente, que no siempre recibe la atención que merece. Por tanto, habla de esas otredades que tan poco espacio encuentran en el cine.
Munt emprende esta tarea desde la ficción, aunque basándose en un hecho real. Las buenas compañías sigue el crecimiento personal y emocional de Bea, una adolescente que durante el franquismo lucho por la libertad sexual y reproductiva de la mujer y no sin dificultades.
La película muestra la lucha de un colectivo feminista creado a mediados de los 70 y que perduró hasta el 85 que se enfrentó a la represión para defender un aborto libre y tantas otras libertades de la mujer. Bea no sólo libra esta batalla, también la que vive en el seno interno de su familia, con su padre preso, su poco afectiva madre y un despertar al amor que, por aquel entonces, no estaba bien visto.
Historia y emoción
El resultado es un film emotivo pero que, como bien recuerda su realizadora, resuena en la actualidad y nos recuerda la importancia “de mirar por el retrovisor” para ver que esta falta de libertades no quedan tan lejos y que, “sin darnos cuenta nos puede adelantar por la derecha y puede volver”. “Como se pongan de acuerdo todos los sectores conservadores, tenemos mucho que perder”, advierte.
A eso se le suma que todo este movimiento de liberación que ya se dio entonces y que prosigue ahora “ha creado toda una animadversión brutal. Me pone la piel de gallina ver el odio que despierta”. Una reacción que también ha provocado el visionado la película en Málaga.

"Bolleras"
Otra película anclada muy en el presente es la de Cros Pellisé y Haddad Casadevall. Ellas, en todo caso, apuestan por hacerlo en formato documental. Alteritats da voz a “bolleras”, para usar sus palabras, que rompen mucho de la representación y estereotipos que se tiene de ellas, como ese movimiento feminista hizo con todas las mujeres. Manoly, Alf y tantas otras demuestran que hay otras realidades. La de una madre biológica no gestante, la defensora del lesbianismo separatista que aboga por relacionarse sólo con mujeres de la misma sexualidad, la de una mujer trans que decide hormonarse a su ritmo, sin forzar a su cuerpo y voluntad, una lesbiana del islam, otra que ejerce la prostitución como un trabajo más…
Alteritats no rompe a nivel formal con la estética del documental, pero sí pone en evidencia que hay muchas maneras de vivir la sexualidad, que hay muchas otras maneras no sólo de vivir la sexualidad, sino también la vida. Tal vez por eso pueda levantar ampollas a ciertas mentes acostumbrados a ver la vida en términos rígidos, sobre todo en aquellas a las que hacía referencia Munt.

Pero sin duda, la película con más estrellas de la jornada es la del pamplonés Félix Viscarret con otro catalán en su plantel. Miki Esparbé protagoniza Una vida no tan simple junto a Álex García, Ana Polvorosa y Olaya Caldera, un retrato de que la vida fuera de las redes sociales e incluso del reconocimiento no brilla tanto como parece.
El film es una historia de amor que, pese a subrayar los momentos emotivos para hacer fácil el visionado al espectador, logra su propósito, enamorarlo con una visión del mundo de la pareja que refleja a la perfección que no es lo que se ve en las pantallas, tampoco en las del cine, y aun así el amor sobrevive. Pese a todo, ni sus protagonistas ni su director quieren calificarla como comedia romántica, Esparbé y Polvorosa apuestan por la “comedia dramática”, mientras Viscarret la rechaza “porque el público piensa que va a venir a llorar” y no viene ser el caso.

Muerte digna
Otro catalán alejado del cine también ha estado presente en Málaga, Enric Benito, el famoso oncólogo que “ayuda a personas en el proceso de morir”, como dice él, que no en la eutanasia. El doctor es el protagonista de un artefacto que no es más que las consultas cruzadas que tuvo con el exgerente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) Fernando Sureda después de que a éste le diagnosticaran ELA.
A nivel cinematográfico esta especie de documental llamado Una puerta ahí tiene muy poco a aportar, más bien es una selección de los mejores momentos de este intenso diálogo que entablaron médico-paciente. A nivel humano muestra el trabajo de Benito y cómo recuerda a la gente que quiere morir que igual es porque no ha pensado en lo que le pueden aportar los cuidados paliativos del cuál es un firme defensor. “Yo no soy contrario a la eutanasia”, recalca a este diario, pero sí considera que la medicina “trata de sanar al cuerpo y no al ser humano” y reivindica una mejora de la ley para que la medicina pueda ayudar a los pacientes con ciertas enfermedades a vivir sus últimos días, sean cuántos sean.

Hacer volar
Y si Benito puso tensión con el tema en el ambiente, donde también se respira es en Devoción, el último largometraje de Rafa Russo, protagonizado por Joaquin Furriel, Elena Martínez y que habla de la perversidad de la fe incondicional en algo y en alguien. El argentino hace de un cura acusado por un supuesto caso de abuso sexual a menores quien, durante su encierro en la cárcel, recibe la visita de una mujer que está locamente enamorada de él y hará todo lo necesario por liberarlo. El cineasta pone en juego la capacidad de identificación del espectador con los personajes propia del cine y no deja indiferente.
Tal vez esa incomodidad lo ha puesto fuera de sección, no así a Haroldo Borges que sí compite con Saudade fez morada aqui, la historia de un menor huérfano que tiene que empezar a vivir sin visión por culpa de una enfermedad degenerativa, que tambiñen ha hecho emocionar a parte de la platea. Claro que como mantiene Silvia Munt, “el cine y el teatro, si no emocionan…”. “Estamos aquí para hacer reír, volar, flipar", prosigue y, por el momento, el festival lo consigue. Poca más se puede pedir un lunes.
