Una foto de archivo de Arantxa Sánchez Vicario junto a Josep Santacana

Una foto de archivo de Arantxa Sánchez Vicario junto a Josep Santacana

Famosos

El marido de Sánchez Vicario le pide el divorcio y se lleva su fortuna

Josep Santacana también ha solicitado al Juzgado de Miami la custodia de los hijos, alegando que la madre no está en condiciones psicológicas para cuidar a los menores

17 febrero, 2018 20:41

El marido de Arantxa Sánchez Vicario, Josep Santacana, le ha pedido el divorcio a la extenista y se ha llevado toda su fortuna, según desvela este sábado el diario El Mundo. Santacana ha abandonado el ático de Miami donde residía con la deportista y se ha ido a un apartamento a vivir con la amante que tiene desde hace meses.

Además, el diario afirma que Santacana ha solicitado al Juzgado de Miami la custodia de los dos hijos de la pareja, alegando que la madre no está en condiciones psicológicas para cuidar a los menores.

Gestor de su patrimonio

Josep Santacana no ha tenido piedad con Arantxa y se ha llevado los trofeos deportivos que ganó en su etapa como mejor tenista española. Todo ello ha sido posible debido a que la mujer lo nombró gestor de todo su patrimonio en sustitución de sus padres.

Por si fuera poco, a esta situación hay que sumar la deuda de 1,7 millones de euros que debe Arantxa Sánchez a Hacienda, y otros 7,5 millones de euros al Banco de Luxemburgo por un préstamo que solicitó en el pasado.

La familia sospechaba

La familia de la extenista nunca se fio de Santacana, al que acusaban de acercarse a Arantxa sólo por el dinero, que al casarse poseía un patrimonio valorado en 30 millones de euros. “Arantxa estaba ciega y abducida por este sujeto. Lo veíamos todos menos ella. Encima, todo esto la ha cogido de sorpresa y la convierte en una persona desprotegida y vulnerable, sin contacto con la familia”, explican fuentes cercanas a la exdeportista.

Fruto de su matrimonio, las relaciones de ella con su familia empezaron a deteriorarse, hasta tal punto que Arantxa denunció en un libro que su familia se había apropiado de lo que había ganado a lo largo de su carrera deportiva, unos 45 millones de euros. El punto álgido de este distanciamiento llegó el día del funeral de su padre en 2016, cuando Santacana y el hermano de Arantxa se pelearon y su madre se desmayó durante el velatorio por culpa de las discusiones.