El grupo Hidrogenesse, o lo que es lo mismo el dúo formado por Genís Segarra y Carlos Ballesteros, se hicieron famosos allá por los años 90, y desde entonces no han parado de cosechar éxitos. De hecho, se llaman como un producto de gel y se debe a una confusión de la asociación de dos palabras, aunque afirman tener un plan B a este nombre por si alguien se queja. Sin embargo, no creemos que esto suceda ya que llevan bastante tiempo con el mismo. Ahora presentan su último disco 'Ciutat de sorra' y nos hablan de la composición de las canciones para la serie 'La Mesías' de los Javis, entre otras cosas.
- En vuestra página web os definís como un dúo de art- rock electrónico, como compositores de canciones pop populistas, productores de mantras-romántico sexuales, autores de llenapistas situacionistas e intérpretes del género místico-cómico. ¿Por qué?
- Sí, todas estas definiciones son cosas que hemos ido acumulando a lo largo de los años. Nosotros no nos hemos puesto esta descripción, ha sido el público. Es una colección de cosas que han dicho de nosotros.
Ahora presentan Ciutat de sorra, su último disco creado para la exposición de David Bestué del mismo título que habitaba, hasta este octubre, en el centro de arte Fabra i Coats de Barcelona. En el álbum se incluyen nueve canciones breves que comparten el mismo estribillo, en el que se define a Barcelona como una ciudad de arena que todo lo tritura y que está en constante proceso de destrucción para seguir adelante.
- ¿Cómo se dio este encargo?
- El artista nos dio la misión de poner música a su exposición y nos dijo que tenía que durar 12 minutos, que es lo que dura. Te daba muchos inputs, pero total libertad para trabajar.
- Entonces, ¿son noticias históricas de La Vanguardia?
- Sí, son pequeñas canciones de un pie de foto o de un párrafo de una noticia. Hace como un repaso personal de las transformaciones de la ciudad de Barcelona desde los años 70 hasta el 2010. Por ejemplo, la historia no cuenta de si se cayó un balcón porqué son cosas irrelevantes, pero aparecían en las noticias de la época.
- Hidrogenesse afirma que, a raíz de esta muestra, les han salido nuevos fans.
- El público se ha acercado, a nosotros, por la reflexión que hay sobre la ciudad y por la estructura de la forma que tiene el disco.
- ¿Cómo hicisteis para hacer un álbum que no fuera tan triste con este paisaje tan desolador de la exposición?
- En todo el disco entras como en un mood muy bueno. Si te vas fijando en las historias hay cosas muy desastrosas y muere gente. Realmente lo hicimos pensando en que sonaría, continuamente, en una sala de exposiciones, no era para entrar ahí y oír cosas estridentes inconexas o aburridas. Queríamos que la gente estuviese a gusto y se pudiese quedar 50 minutos oyendo la pieza porqué sino se iría diciendo: 'Oh Dios mío, qué caos'.
- Habéis compuesto las canciones del grupo Stella Maris de la serie La Mesías, en Movistar Plus +, de Javier Calvo y Javier Ambrossi. ¿Cómo fue ese encargo?
- Los Javis se pusieron en contacto con nosotros y nos pidieron hacer las canciones de un grupo ficticio para su serie. Estaban escribiendo el guion y no sabíamos cuántas canciones serían al final, ni quién las cantaría. Estuvimos en el proceso desde el principio. Hacer las canciones fue anterior al rodaje para que las actrices, antes de empezar se las supieran. Por otra parte, los directores querían crearlo todo: un universo y una familia. Al final era ponerse a imaginar como harían música unas chicas que no salen de su casa y que tienen un objetivo muy concreto: hacer lo que les dice su madre.
- ¿Es más difícil componer canciones para un grupo ficticio que para una persona o un artista real?
- Nos dieron un contexto y unas temáticas, y para nosotros fue más fácil porqué nos dieron una serie de reglas. La parte artística fue libre y los encargos estaban muy bien, ya que las pautas te daban mucha libertad. Es una forma de trabajar que se nos da muy bien.
- ¿Por qué decidisteis empezar a utilizar estos estilos tan variopintos?
- Cuando salimos a un escenario siempre nos tenemos que vestir, es decir, es como un respeto al público y de tener esa responsabilidad de que estás haciendo algo. Eres tú el que te pones debajo del foco y me parece muy pretencioso de pensar que los directores tienen el foco sobre ellos. Si te vas a subir a un escenario, tienes que querer decirle algo a la gente.
- ¿Os expresáis más a través del vestuario?
- La ropa no expresa cosas, pero si estás encima de un escenario, dale a la gente cosas. Cada uno aporta y nosotros valoramos según lo que aporta cada uno.
- Vuestro estilismo ha ido evolucionando con el paso de los años...
- Sí, nuestra vestimenta ha ido cambiando mucho, pero no creemos en la evolución. El motor creativo, muchas veces, es la envidia. Cuando tú ves un concierto o un vídeo de una artista, muchas veces te da envidia, y entonces la envidia es la que te impulsa a intentar hacer algo. Lo mismo pasa con la música, con los estilismos y con todo.
- ¿Os habéis influenciado en alguien o en algo?
- Nos hemos fijado en miles de artistas, pero en ninguno en concreto. Hemos cambiado muchísimas veces. En vídeos pasados, no nos reconocemos. Hemos ido desde ir vendados, como si nos hubiesen atropellado, hasta llevar ropa comprada en el Mercado dels Encants.
Antes, en el coche llevábamos muchas cosas: trajes, faldas, blusas... incluso, a veces, hasta un tapete; y cuando llegaba el momento, media hora antes del concierto, nos lo empezábamos a colocar de alguna manera. Era salir al escenario y montarnos algo con lo que había en el suelo. Eso lo hicimos unos años, luego hubo un tiempo que teníamos la ropa muy elegida. A veces, cuando no encontrábamos lo que nosotros queríamos comprábamos ropa blanca y nos la pintábamos nosotros. Nosotros pensábamos: 'ya que el foco va a estar sobre ti, hay que tener un poco de responsabilidad con esto'.
- ¿Habéis recibido muchas críticas?
- Las críticas eran más por lo musical, ya que ahora parece más normal ir sin instrumentos y hacer un concierto. Se consideraba que lo nuestro era más de payasos, más de broma, que de músicos. Esto es lo que denota la incultura y la sordera de la sociedad. Decían que era música que se hacía con casiotones (el teclado que parecía un juguete). Nos parece muy bien que se haga música con eso, pero para los que hacíamos música electrónica, sí que había ese prejuicio de '¡ah, hacéis música con casiotones!'. Lo veían como pobreza musical. Al principio era siempre así: el casiotón, la payasada, el proyecto de broma... Todos los que usamos el humor tenemos que cargar con esto, como en las películas de comedia, que no tienen ningún reconocimiento.
- ¿Cuándo empezasteis en que grupo os inspirasteis?
- En muchos. La noche que nos conocimos estuvimos hablando de The Magnetic Fields, un grupo de pop electrónico con canciones preciosas y muy ingeniosas. Nos gustaban muchos grupos de los 60, los 80 y los 90. Nos gustó ser eclécticos ya desde nuestro primer disco: una balada con una guitarra acústica y al lado una canción bailable, electrónica y parodiando un poco el rock and roll. También, otros grupos en los que nos hayamos fijado, inspirado o que escuchemos ahora son: Neneh Cherry, Saint Etienne, Deee-Lite, Sparks, The Smiths, Rebe y MGMT
- ¿Cuáles son vuestros proyectos futuros?
- Hemos hecho la BSO de la película 'Daniela Forever' de Nacho Vigalondo. No sabemos cuándo se estrenará, está en postproducción. Nunca habíamos hecho algo parecido y estamos muy contentos con la música que hemos creado. Por otra parte, estamos ocupados con nuestro propio sello, que lo llevamos nosotros: Austrohúngaro. Nosotros no hacemos un parón para componer, no nos lo podemos permitir, tenemos que pagar los autónomos para poder seguir viviendo.