Lo de "a la deriva" es literal. Mercedes Milá sigue en Menorca y ha salido a navegar en su yate por el Mediterráneo y se ha quedado sin gasolina.
La presentadora, gran aficionada a las redes sociales, ha subido un vídeo en el que cuenta lo sucedido. Pero, como suele pasar en estos casos, lo que podía ser una anécdota, se ha convertido en un linchamiento público.
Ayuda y quejas
“Estamos en mitad de un pequeño naufragio porque nos hemos quedado sin gasolina”, relataba la catalana a sus seguidores. Aun así, recibir ayuda no ha sido fácil.
La periodista asegura que han estado un buen rato en la bocana del puerto de Mahón sin que ninguno de los navegantes de la zona la ayudara a ella y a su sobrina Ana, también en la embarcación. Por eso, no ha dudado en llamar “cazurros” a todos aquellos que no han hecho nada ante su situación.
Críticas por todos lados
“No saben que en el mar hay que ayudar a la primera”, les reprocha la Milá a aquellos que no la han ayudado a remolcarla. Sólo Javier Herrero, “un amigo” suyo, fue a rescatarlas. Y a juzgar por las reacciones de los internautas, son muchos los que la hubieran actuado igual, sin ayudar.
“Mercedes Milá dice que hay que usar la bici para luchar contra el cambio climático, pero luego andamos con la barca a gasolina porque el cambio climático que lo hagan los pobres que a ella le da la risa”, “feminista, ecologista, jeta…”, son algunos de los comentarios que circulan por Twitter. Tampoco faltan los edadistas: “Tal vez debería irse a una residencia con gente de su edad y relajarse y dejar de hacer el ridículo”. Las redes, una vez más, demuestran que el ser humano es extraordinario. Para bien y para mal.