Tal solo quedan dos meses para la esperada boda entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva, pero la marquesita ha sufrido un contratiempo de salud que la mantendrá alejada de los preparativos del enlace por un tiempo. La hija de Isabel Preysler ha sufrido el primer esguince de toda su vida al caerse minutos antes de comenzar El Hormiguero anoche. 

Para sorpresa de todos, Falcó aparecía en el plató caminando con ayuda de dos muletas. "Venía corriendo a la tertulia y como me gusta llevar los zapatos un poco grandes, me he caído. Aquí venimos lisiados, pero the show must go on. Es mi primer esguince", ha reconocido resignada y con sentido del humor a Pablo Motos.

Percance solucionado

Sin embargo, no ha perdido la compostura ni la sonrisa. "Mi fisio me ha dicho que vaya y me lo recoloca", ha explicado. Dicho y hecho. Sin tiempo que perder, la socialité se marchaba directamente desde El Hormiguero a una clínica de quiromasajista para intentar solventar esta mala pata que podría arruinar su boda de no tratarse a tiempo.

 

Tras varias horas en el interior, y ya entrada la madrugada, Tamara salía de la clínica con la única compañía de su perrita Jacinta, que también la acompañó al programa, y con la ayuda de unas muletas con las que caminó con dificultad hasta el coche que la esperaba. Con todo, afirmó a los medios que se encontraba "bien" y que ya le habían "recolocado muy bien el tobillo". 

Todo listo para el gran día

De esta manera, estará perfecta para el gran día de su boda, el ocho de julio. Ahora la marquesa ha estado disfrutando de una romántica y lujosa escapada de cuatro días con su prometido a París. Antes de eso estuvieron en las paradisíacas playas de Indonesia como una preluna de miel ideal. 

Antes de todo esto, la pareja celebró su despedida de solteros en un evento de lo más especial: "Es una cena, en el que se harán discursos y habrá intercambios de regalos, de mi familia a él y de su familia a mí... Somos 25 y lo haremos en privado, también vendrán los testigos".