A la espera de que se aclare el caso sobre su supuesta implicación en la muerte del fotógrafo J.L.A. por lamer un sapo bufo, Nacho Vidal sigue en libertad y disfruta de ella con apariciones esporádicas en la actualidad. La última ha sido a través de las redes.
El actor porno ha vuelto a sentarse frente al streamer Jordi Wild en su pódcast The Wild Project. Allí ha charlado sobre su trayectoria en el cine para adultos hasta su paso por Supervivientes, y en este último caso ha sorprendido con sus confesiones.
Trampas
El catalán reveló que hizo trampas. Por las noches "cogía en el saco ropa y le hacía la forma mía, como si estuviese durmiendo", para que no le pillaran las cámaras y huía en busca de alimento.
Adquiría una linterna "que se podían meter debajo del agua" y ponía rumbo a una isla desconocida y de la que nadie había hablado hasta ahora. Claro que eso tenía sus riesgos, ya que en la zona hay “tiburones y barracudas".
La 'isla prohibida'
Poco le importaba eso y que les dijeran a los concursantes que la isla al lado, era “la isla prohibida”. Vidal quería comer y lo consiguió. Aunque fuera saltándose las normas del reality. Y es que esa era una isla en la que había cangrejos y animales de todo tipo.
"Cuando llovía era cuando salían todos los bichos" detalla el actor en el podcast, y cuando salían todas esas especies los cogía y los metía en una "chaqueta" a la que "le hacía nudos y era como una bolsa". Cuando ya había recolectado bastantes "me volvía nadando", prosigue.
El programa
Pero que nadie piense que el programa lo sabía. Todas esas escapadas las hizo de espaldas a la producción. Y, tal y como él mismo explica, no fue fácil esquivar al equipo.
Nacho asegura que, a veces, cuando volvía a la isla donde se encontraban todos sus compañeros, veía a la alguien de la organización y entonces "me tenía que quedar en el mar flotando viendo como él estaba ahí esperando a que se fuera".