Entradas agotadas. Eso reza el cartel de Uppgivenhet, la nueva propuesta de los creadores de A.K.A., Daniel J. Meyer (dramaturgo) y Montse Rodríguez Clusella (directora), que se convirtió en fenómeno revelación hace un par de años.
Los creadores aterrizan ahora en la Sala Tallers del TNC de Barcelona con una nueva propuesta que habla de los jóvenes y a todos. Todo ello con un reparto que, a excepción de Diana Gómez --de 32 años--, no supera los 20 de edad, pero lleno de talento.
Migración e integración
La historia sigue los pasos de Iván y Petar, dos inmigrantes que llegan a Suecia y se quedan en un centro de acogida para personas migradas. Uno rebosa emoción y esperanza ante la llegada a territorio seguro, otro se muestra más receloso. Los sentimientos iniciales empiezan a caer poco a poco a medida que se enfrentan a la realidad.
Tarik, que lleva años como migrado en el país, le contará las cosas como son, mientras Inge se encarga de venderles la parte institucional para que entiendan las costumbres y cultura del país. Con el paso del tiempo y las situaciones vividas aparecen las preguntas. ¿Tan fácil es integrarse? ¿A qué le llaman integración? ¿Cuán rígido o flexible es el sistema de entrada a un país que se dice abierto? ¿Lo es? Crónica Directo trata de sacarlo en claro con dos de sus protagonistas, Quim Ávila y Biel Castaño. Aunque mantienen algunos secretos.
--Pregunta: El título despierta muchas incógnitas. ¿Qué se puede decir de ‘Uppgivenhet’?
--Biel Castaño (B): Es una palabra sueca. Mejor no buscar el resultado e ir a ver primero la obra.
--Quim Ávila (Q): Y, en todo caso, el hecho de que sea una palabra de la que no se sepa nada es muy sintomático de lo que nos está pasando como sociedad. Vivimos alejados de una realidad existente que no nos llega. Vivimos en un caparazoncito muy calentito y que en realidad esconde cosas como el Uppgivenhet que son crudas realidades.
--¿Y sus personajes destrozan este caparazón? ¿Qué se puede decir de ellos?
--B: La obra habla de cuatro personajes muy jóvenes, vitalistas, con mucha ilusión y ganas de vivir y estar bien. Petar e Iván son dos hermanos que marchan de un conflicto bélico en su país y llegan a Estocolmo en busca de una vida mejor. Allí se encuentran con Inge y Tarik y todo lo que comporta y cómo será la adaptación, digamos.
--Q: A través de sus personajes vemos cómo es chocar contra esta cruda realidad por primera vez. Ya con Tarik tienes el background de un tío que lleva allí seis años y, por lo tanto, ya está haciendo un proceso de adaptación a una nueva cultura y nueva forma de hacer. E Inge es la persona sueca que implanta este proceso de adaptación.
--¿Diríamos que es una obra sobre migración y adaptación?
--B: Hay varios temas. También el amor, la esperanza, las relaciones, los amigos, las ganas de vivir…
--¿Y es un teatro de jóvenes y para jóvenes?
--B: Creo que es una obra que gustará mucho a los jóvenes, pero no es solo para ellos, también para los adultos.
--Q: En todo caso, el hecho de que pueda atraer a un público juvenil no significa que sea una cosa muy infantilizada para ver si entienden. Para nada, son jóvenes y entienden 100% lo que ven. Ya nos hemos enfrentado a un público escolar y estaban completamente conectados. Claro que es diferente al público general porque se permiten reaccionar en voz alta, un hecho que va bien, porque hay una parte de inclusión del público. Siempre que no sea para dispersar.
--Claro, pero uno escucha de los deseos, de las ilusiones de los jóvenes y piensa si acaba siendo naif.
--Q: Precisamente, Uppgivenhet pone en jaque el papel de la esperanza en nuestra sociedad. ¿Por qué podemos llegar a perderla? En el momento en que planteas de dónde viene esta esperanza y cómo se puede perder algo pasa. Sí se le da un valor positivo a la esperanza, pero tenerla no significa desconocer la realidad, sino luchar para salir de esa realidad que no te permite vivir y entrar en otra realidad más agradable y sana.
--¿Como jóvenes mantienen la esperanza o cuesta?
--B: Todos tenemos esperanza en algún momento y en algo. Tal vez puedes tener más en algo concreto o menos y también se puede perder. La esperanza es una cosa muy importante para nosotros y lo que nos hace cambiar las cosas.
--Q: En todo caso, habrá muchas opiniones, pero la gente que venga a verla se llevará en la mochila la parte de la esperanza como algo positivo y pondrá en cuestión la pérdida de la misma. Hará que se pregunte por qué no nos hacemos cargo de ella.
--Y esta esperanza va unida a la que tiene la migración. ¿Da la obra otra visión de la migración?
--B: Creo que sí, porque ni la sociedad ni los jóvenes son muy conscientes. Y se habla de qué significa integrarse al llegar a un sitio nuevo. ¿Es adaptarte tú al país al que llegas o que éste también se adapte un poco?, como dijo Quim en la rueda de prensa.
--Q: Habrá gente que esté informada y sepa que detrás hay algo muy duro; los que crean que el inmigrante lo tiene todo muy fácil al llegar descubrirán que igual no lo es tanto.
--¿Y estos temas y esta obra atraerán al público joven?
--Q: Creo que sí. Muchas veces hay una gran preocupación para atraer a nuevos públicos al teatro y esta obra se lo pone bastante fácil a los jóvenes para venir.
--B: Yo creo que, como público joven, también va muy bien que haya una obra así.
--Por último. ¿Los jóvenes están más resignados o esperanzados ante el panorama actual?
--B: Hay de todo, como en todas partes. Sí es verdad que estamos todos un poco resignados, y no solo los jóvenes. También es cierto que a los jóvenes no se les para de decir que el mundo se va a la mierda y no anima, pero es que igual tampoco es tan así. Y como dice Montse, son los jóvenes los que tiran hacia adelante, los que luchan y ¿qué haríamos sin ellos?