Este mediodía han saltado chispas en el plató de El Programa de Ana Rosa. En concreto, entre su presentadora, Ana Rosa Quintana, y el invitado especial del día de hoy, Jorge Javier Vázquez. El presentador de Sálvame ha acudido al programa del mediodía de Telecinco para promocionar su último libro, Antes del olvido.
Sin embargo, no han hablado de la publicación hasta el final del programa; el de Badalona se ha puesto a comentar como si fuera uno más los temas de actualidad del día, como la nueva ilusión de Tamara o el funeral de Bernardo Pantoja. Algo que ha divertido mucho al catalán: "Cuando quieras me vengo a colaborar ahora que me están quitando horas".
Vuelan los cuchillos
Parece ser que la reina de las mañanas no se ha tomado nada bien su propuesta, ya que le ha recordado la guerra abierta que ya iniciaron en su día: "Perdona, ya viniste aquí y nos abandonaste. Claro, ahora te interesa...". Es por eso que JJ ha querido saber, ni corto ni perezoso, si le habían traído allí de cebo.
Ha sido entonces cuando Ana Rosa ha explotado: "Vamos a empezar las cosas claras, yo no te he traído, tú has venido". A pesar del tono tenso que estaba adquiriendo la conversación, el presentador ha admitido que tenía razón: "Yo te dije que iba a venir por navidad porque es la época donde se vende más libros. Te dejé la última porque tú eres la que más me vende".
Choque de opiniones
Pero eso no le ha servido a Quintana como ofrenda de paz, sino que ha querido tener la última palabra en la conversación: "El último te he dejado yo a ti que hoy cojo vacaciones", le ha contestado con rintintin. Pero el intercambio de pullitas no ha terminado ahí, ya que Ana Rosa le ha comentado que sale "muy retocado" en la foto de la portada del libro.
Ya entrando en el contenido del mismo, han chocado nuevamente en sus opiniones. Mientras que la presentadora es de la opinión de que "uno tiene derecho a la tristeza pero tiene la obligación de ser feliz y hacer felices a los que están a su alrededor", JJ cree que ese discurso es muy "dañino y tramposo. No hay nada que nos haya llevado más a la frustración que la obligación de ser feliz".