Lejos de la polémica generada por si las actrices son profesionales o no, Anna R. Costa presenta en Fácil una declaración de principios: la vida con discapacidad no es fácil, pero tampoco se lo ponemos a ellos.
Ese es el debate que, a la directora, le gustaría que se abriera. ¿Por qué se lo ponemos más difícil a las personas con discapacidad? ¿Hasta qué punto no se les deja ser por el mero hecho de tener una diversidad funcional? ¿Por qué lo permitimos? Unas preguntas que también se plantea el espectador al ver la serie.
Realidades invisibilizadas
Protagonizada por Anna Castillo, Natalia de Molina, Anna Marchessi y Coria Castillo, la serie de Movistar+ retrata el día a día de cuatro chicas con diversidad funcional que viven en un piso tutelado. Los problemas a los que se enfrentan son los mismos que los de cualquier joven: el ímpetu sexual, las parejas, encontrar una pasión que te gusta... El problema es que se les ponen más normas de las que les gustaría y además se quiere invisibilizar esta realidad.
Basada en la novela de Cristina Morales, con quien la realizadora no acabó muy bien, la catalana ha creado una serie que tiene un punto de denuncia y mucho, mucho humor. No hay moralina, sólo el reflejo de la realidad que viven personas como sus protagonistas. Lo sabe porque ha estado meses investigando al respecto. Así queda reflejado en esta charla con Crónica Global.
--Pregunta: ¿Cómo fue la gestación de la serie?
--Respuesta: Fue un proceso largo. Yo quería que fuesen actrices desconocidas, pero las plataformas necesitan herramientas para defender sus elementos y tras un proceso me convencieron de que fuesen dos actrices desconocidas y otras no.
--Claro, pero ahora ha surgido la polémica de que se usan no sólo rostros conocidos, sino personas sin diversidad funcional para hacer de personas con diversidad. ¿Cómo lo vive?
--Yo he estado súper cerca de los colectivos en estos dos años que ha durado el proyecto. Si yo hubiera tenido con tiempos de producción que me hubieran permitido trabajar cinco meses con personas con discapacidad para llegar a hacer esta serie no hubiera tenido este problema, pero no ha sido el caso. Está demostradísimo que estoy a favor de que las personas trans hagan personajes trans, personas con discapacidad hagan de personajes con discapacidad, pero también estoy a favor que los actores y las actrices hagan cualquier tipo de personajes. Volvemos a estar en el tema del discurso, en el que a veces perdemos más tiempo que en la práctica. Una serie como Fácil que habla de la discapacidad y la no discapacidad puede hacer mucho más por el colectivo que igual poner una persona discapacitada porque igual el espectador sólo ve esa discapacidad. Y aquí hablamos también de los problemas a los que se enfrentan algunas mujeres. Yo lo que he aprendido es que cuando me encuentre con una persona con discapacidad, primero veré a la persona, al hombre y la mujer, luego ya la discapacidad. La discapacidad puede ser germen artístico.
--Uno de los alicientes de la serie es que más allá de la primera reacción al ver que los personajes no son personas con discapacidad, las problemáticas que enfrentan tiene poco que ver muchas veces con ello, sobre todo, las barreras que le ponen la sociedad a estas personas. ¿Tantas se le ponen y no nos damos cuenta?
--Totalmente. Hay una violencia institucional hacia las personas con discapacidad. Cuando nace una persona con discapacidad, la sociedad la relega a los márgenes. Eso es violencia y terrorífica. La lucha está en el tú a tú, si no les ponemos barreras humanas lograremos un gran paso para la humanidad. Ana Marchessi es admirable porque es el primer papel que hace como actriz y está excelente y hace cosas que muchas personas sin discapacidad hacen. ¿Y hemos de estar pendientes de sus discapacidades?
--¿En este sentido, su voluntad siempre fue la de retratar o fue un encargo?
--No, yo leí la novela, me inspiró muchísimo, había muchos elementos que me atrajeron. Me gustaban los personajes, su frescura, su naturalidad y el tema, no la discapacidad, sino el de las mujeres. Las mujeres hemos estado tuteladas hasta hace poco. Nos decían qué hacer, si podíamos trabajar y cuidar hijos. Y piensas, a mi me han tratado un poco como discapacitada. Por eso digo que va más allá. Aunque sí que la violencia institucional la viven.
--Pero también refleja que algunas personas que están dentro de la institución, se revelan.
--Y tanto. He hablado con muchísimas fundaciones y no hay un lenguaje unánime, cada una tiene sus mecanismos. La fundación que va más allá, para mí, es la Pere Mitjans. Ha sido una lección magistral de que hay esperanza y que hay instituciones que pueden cambiar las cosas, porque muchas veces se saltan requisitos. Se ofrece satisfacer los deseos sexuales de algunas personas, por ejemplo. ¿Cómo hemos llegado a esa perversidad que para tapar una cosa arriesgamos muchas otras?
--Bueno, Marga en este sentido no sólo representa esa persona con discapacidad que siente un gran deseo sexual, sino cómo se trata a la mujer que lo siente.
--Marga somos todas. En todo lo que hago siempre intento hablar un poco de esta represión que vivimos las mujeres, no es casualidad. Tanto en cine como en teatro también hablo de la sexualidad pero desde la intimidad, no desde la relación con el otro. Las mujeres tenemos una sexualidad viva, sea compartida o no. Y siempre trato de abordar este tema. Marga, como Ana Mari en Arde Madrid, son dos mujeres súper reprimidas y cuando ella descubre que la sexualidad es suya, la agarra. Y Marga es consciente de su sexualidad y ¿porque tenga una discapacidad no puede disfrutarla? ¿Qué tipo de locura es esta?
--¿Y se las intenta conducir tanto estas conductas como para quitarles la posibilidad de tener hijos?
--La mayoría de mujeres que hemos entrevistado están esterilizadas. Justo el año pasado salió una ley que las instituciones no pueden esterilizar a las personas que están bajo su tutela, pero sí las familias y lo hacen. Sólo las personas que no son tuteladas no están esterilizadas.
--E incluso se les niega la capacidad de querer, como se ve en la serie. ¿Hay rechazo a las relaciones amorosas y sexuales entre y con personas con discapacidad?
--¡Claro! La relación Patri-Enric es una relación entre iguales y aún así los padres quieren tener el control de la relación. Sólo hasta cierto punto. Y la otra pareja de la serie, Kevin-Marga, en la que él no tiene una discapacidad vamos más allá. ¿Por qué no pueden tener una relación si se han gustado? La sociedad tampoco está preparada para esto.
--Pero lo curioso es que estas personas con discapacidad conviven con nosotros día a día, no las ocultamos como antaño...
--No las ocultamos, pero no las vemos. Es incómoda de mirar o al revés, cuando las vemos y pasamos de largo nos giramos y comentamos "vaya marrón". Bueno, marrón relativo, ellos han nacido así y viven su día a día. Una chica ciega de Liant la troca nos decía que para llegar allí desde su casa tardaba dos horas, cuando yo tardaría 20 minutos. Es su realidad, la vive ¿y la hemos de mirar con condescendencia? No, deberíamos mirarla con admiración y tratarla de tú a tú, porque es un pedazo de tía.
--Y luego está el personaje de Anna Castillo, quién tenía una vida normal porque no sufre una discapacidad aparente y, de repente, es diagnosticada con un trastorno de salud mental. ¿Es el personaje que nos recuerda que no estamos tan lejos de esta realidad que viven las personas tuteladas?
--¡Hombre! Un bailarín de Liant la troca me llegó a decir que muchas veces las personas que sufren discapacidad son visibilizadas cuando una persona reconocida sufre una discapacidad sobrevenida. Cuando una persona famosa sufre un accidente y queda en silla de ruedas les da visibilidad y todos, absolutamente todos, podemos sufrir una discapacidad. Estamos expuestos, estamos tan cerca que el personaje de Nati nos explica esta realidad. Ella está vacía de recuerdos y cuando le vienen destellos de su vida pasada es cuando se da cuenta de lo tutelada que está.
--Por último, 'Fácil'. ¿Por qué?
--Es para decir que se lo hemos de poner fácil. La discapacidad la tienen ellos, pero no les hemos de poner más. Si tú y tu pareja vais en silla de ruedas y queréis ir en AVE a Madrid estaría bien que pudiérais viajar juntas. El AVE sólo admite dos personas en el tren. Todo eso son impedimentos que les ponemos y ya tienen los suyos. De ahí este: hagámoslo fácil.