Mathieu Amalric (Neuilly-sur-Seine, 1964) lo ha vuelto hacer. Se ha puesto detrás de las cámaras para convertir una tragedia en todo un viaje por la mente humana. Es mejor no hacer destripes sobre Abrázame fuerte, aunque lo importante es sobre todo sumergirse en ella y dejarse llevar.
El director revela el dispositivo en el primer tercio del filme, pero la potencia de la trama, de la actriz Vicky Krieps y el trabajo de edición del realizador y sus juegos con la imagen y el sonido hipnotizan al espectador y lo atrapan hasta el final.
La cinta arranca con la protagonista, Clarisse, abandonando el domicilio familiar, dejando atrás a su marido e hijos. A partir de allí, la historia viaja con ella en su coche y a través de su cerebro.
Crónica Directo mantiene una breve conversación telefónica con el cineasta francés para descubrir cómo ha encajado las piezas de este puzle mental hasta crear una pieza de orfebre que eleva el cine a los niveles de arte. Claro que para él no es compatible con la industria.
--Pregunta: ¿Cómo imaginó el dispositivo para entrar en la mente de la protagonista, Clarisse?
--Respuesta: Estaba en la obra de Claudine Galea, que con el uso de la imaginación de la protagonista nos ofrecía este tour. Todo con una idea: una mujer crea su propio mundo en el que ella es la que abandona a su familia. De ese modo imagina que tras esas paredes que ha dejado atrás la vida continúa. Si tienes eso en la cabeza, se convierte en una especie de proyección, de delirio como sucede en pantalla y el espectador entra así en su mente. Yo mismo estaba en la mente de Clarisse, quien es finalmente la proyeccionista: ella controla el sonido, las imágenes, la edición. Esa fue la manera de entrar allí dentro.
--¿Podemos decir entonces que Clarisse, el personaje de ficción, es entonces su codirectora?
--En cierto modo, sí. En la edición, incluso durante la filmación, usamos su propio viaje. Pero de hecho los hijos nunca crecieron, ella tomaba esos cuerpos de las clases de música, del hockey y tú, como espectador, quieres creerla, como ella. Ella lo consigue, como una pintura hiperrealista.
--Y sobre todo, usted lo hace de una manera muy cinematográfica. Juega con el sonido, los cortes de edición, los saltos espaciales...
--La película no podría ser otra cosa que el uso de todas las posibilidades de las herramientas del cine, sí. Cuando empiezas a usar las palabras te haces una pregunta muy sencilla: ¿qué hay en pantalla y qué escuchamos? Eso es todo. A partir de esa pregunta debes buscar los gestos, la manera de embarcarte en esta especie de delirio, de viaje en las sombras. La cinta tiene mucho que ver con una película de fantasmas, el melodrama y las road movies. Clarisse tal vez vio Llueve sobre mi corazón de Coppola, se pone esa bufanda y abrigo y toma el papel de héroe y se va en coche como una especie de Thelma y Louise. Y todo estaba en su cabeza porque tiene que ocultar la pura realidad.
--¿Cree que el cerebro muchas veces usa esos telones para tapar el dolor?
--Y tanto. Lo hace en todo momento, en cada etapa de nuestra vida imaginamos vidas paralelas. Puede dar miedo, pero son bienvenidas esas vidas. En el caso de la película, me gusta que los hechos fueran tan trágicos y que Claudine no optara por la historia de una mujer que llora por ello. Es una mujer que se mueve a través de las vibraciones de la vida y en un momento ella lo dice: "Vamos a empezar de nuevo". Abandonar la casa de la manera que lo hace para ella es duro, pero siente que va a estar bien. Es como si quisiera tapar la sangre bajo el hijo, como cuerpos en la nieve. Al final, van a aparecer. Cuando la sangre le vuelve, le duele, pero continúa.
--A usted le gusta jugar con todas esas posibilidades, con todas esas herramientas del cine. Lo hizo en 'Barbara', sigue con 'Abrázame fuerte'... ¿Considera que ahora que se dice que el cine está en crisis hemos de apostar por jugar con todas estas posibilidades?
--El cine no tiene mucho miedo a eso. Desde que nació parece que el cine está en crisis, se supone que todo el rato está a punto de morir. Pero el cine es como el agua de una inundación en un edificio, siempre aparece por algún lado. Por ejemplo, ahora el cine está en las series y todo el dinero va hacia allí. Y cuando eso sucede, se convierte en industria y en algo aburrido, entonces el cine se mueve a otro sitio. Por eso no tengo miedo, es fascinante. Hay gente joven que está inventando cine en otro lugar. Yo no trato de hacer arte o crear por crear, trato de estar en la cabeza de esta mujer y ver cuán fascinante es el cerebro cuando hay tanto dolor. Todas las voces de Vicky Krieps suenan a la vez, en otra habitación y crea algo especial. Se trata de crear algo como si nunca fuera a volver a pasar.
--Comenta por eso que cuando el dinero se acerca al cine y se convierte en aburrido y en industria, se escapa a otro lugar. ¿El cine tiene que alejarse de la industria y el dinero y estar más cerca del arte?
--No, no, no. El cine es industria y eso es lo divertido de ello y me gusta. Me encanta el hecho de que el cine sea algo completamente impuro. Por eso intento hacer cosas que no cuesten mucho dinero y cuesten solo lo justo. Pero es divertido explorar y la industria necesita a estos exploradores y los usa para hacer dinero en otro lugar. Necesitamos a gente que sepa cómo hacer dinero. Es una combinación divertida.