Una vez más Carmen Lomana lo ha vuelto a hacer, se ha despachado a gusto en su columna semanal y esta vez le ha tocado a Corinna Larsen por su podcast. Claro que Juan Carlos I tampoco sale muy bien parado.
La socialité no tiene ningún problema en calificar la "historia de amor" de la alemana con el rey emérito como "aburrida y vulgar, de pequeños burgueses sin interés ninguno excepto el monetario, que es el motivo por el que esta 'piba' no para de largar".
Avergonzada
Sus palabras llegan después de que la amiga entrañable de don Juan Carlos publicara los dos primeros episodios de su podcast en los que relata sus aventuras y encuentros con él. En los audios Larsen asegura que el rey llegaba cargado "con bolsas llenas de dinero", algo que le pareció "extraño e inmoral" pero que él le respondió que "en España es normal".
Lomana le da la razón al emérito. "Eso de las bolsas llenas de dinero me suena: Marbella, Julián Muñoz, Pantoja...", señala mientras lanza dardos a otros personajes famosos. Una época que ella vivió muy de cerca, ya que es una habitual de la noche marbellí. Aun así reconoce que fueron "tiempos que avergüenzan".
Corrupción en Zarzuela
Tampoco le sudan las manos a la hora de calificar a Corinna y el emérito por estas acciones: "tan corrupto era uno como la otra", sentencia. Claro que a ella parece guardarle un poco más de resquemor.
"¿Por qué no lo denunció en su momento? ¿Por qué ahora, fuera de lugar, su venganza?", inquiere. Claro que la respuesta se la da ella misma: "Porque ella se embolsó 68 millones de euros, que su novio le dejó como depositaria o testaferro, con la condición de que tenía que devolverle la mitad. Que, por supuesto, nunca le devolvió", remata la española.
Zascas por doquier
Ante todos estos hechos, Lomana considera que "Corinna al menos debería ser más agradecida con nuestro emérito y España" porque vivió aquí, "como una 'reina' a costa de los españoles" y "es cómplice de todo".
Con la que más se solidariza Carmen es con doña Sofía, aunque le resulta "incomprensible" su "aguante y resignación". Claro que antes de acabar lanza otro dardo a los miembros de la monarquía: "Imagino cuando Letizia llegó a esa familia en la que se sintió bastante despreciada y vio lo que allí ocurría, que no eran ejemplo de nada", concluye.