Daniel Anglès (Barcelona, 1975) lleva años apostando por el musical. Por eso, no es de extrañar que el grupo Focus lo pusiera al frente de la dirección artística del Teatre Condal de la capital catalana. Desde allí, cada año fomenta no sólo obras de texto sino grandes musicales y en catalán.
El director teatral está convencido de que esto no debe ser ningún hándicap. Es consciente que puede atraer menos espectadores que los que tiene Madrid, pero se niega a hacer comparaciones. Su apuesta es por el teatro de creación propia y en catalán.
Nueva apuesta
Si la temporada pasada puso en pie, y con gran éxito, La filla del mar, además de musicales más pequeños como Ocaña, reina de las Ramblas, esta nueva temporada 2022-23 pone en pie Golfus de Roma, el montaje de Stephen Sondheim que se ha representado en decenas de capitales del mundo.
Para esta nueva aventura cuenta con un actor de prestigio de la escena catalana, Jordi Bosch. Conocido por sus papeles en obras de texto, el intérprete ya pasó por el musical hace más de una década con Spamalot.
Crónica Global habla con Anglès sobre esta nueva propuesta y su voluntad de apostar por una Barcelona que sea referente cultural.
--Pregunta: ¿Qué supone volver a poner en pie Golfus de Roma en catalán, tras su éxito en otros escenarios?
--Respuesta: Supone mucha ilusión que una producción de este formato y nivel llegue en catalán, porque vamos faltos de musicales de gran formato en catalán. Además, es una función tan divertida... nos lo hemos pasado tan bien ensayándola, haciéndola, que volver con cambios en el reparto es como un regalo. Es volver a disfrutar del espectáculo de vuelta.
--Una de estas novedades en el reparto es Jordi Bosch, que ejerce de maestro de ceremonias y lo recuperan después de su famoso Spamalot. ¿Cómo lo han convencido?
--Sí, Jordi Bosch ha hecho mucho teatro de texto estos últimos años y desde Spamalot que no se atrevía con el musical y lo tuvimos claro. Él se quedó sorprendido por la propuesta, no se lo esperaba. Es de las cosas que esperas que te pasen una vez en la vida.
--¿Qué tiene para usted?
--Es perfecto para el papel. Es uno de los grandes actores de Cataluña, con una gran vis cómica y, también, un muy buen cantante. Por tanto, es ideal para que despliegue todo su talento interpretativo.
--Para quien no conozca la obra, ¿qué les espera? ¿Cómo definiría el montaje?
--Golfus de Roma es una fiesta, porque el teatro se llena de luz y color. Es un espectáculo que está diseñado de principio a fin para hacer reír al espectador. Es un homenaje a los cómicos, a la gente que dedica toda su vida al arte de hacernos reír. Es algo de lo que vamos muy necesitados. Asimismo, es un gran musical con una partitura excepcional del gran Stephen Sondheim, con 24 intérpretes en escena, músicos, bailarines y cantantes. En definitiva, un gran despliegue al servicio de la comedia.
--¿No es todo un riesgo? Porque junta dos géneros algo menospreciados en el teatro como son la comedia y el musical, aunque tengan más públicos. ¿Se debe reivindicar más?
--Se debe hacer y debemos reivindicar el teatro que es un gran entretenimiento. En Broadway tienen muy claro este concepto del entertainment y Golfus de Roma es 100% esto, entretenimiento de alta calidad. Es un clásico que viene avalado por un montón de premios y reconocimientos y que se sabe que funciona.
--Además con el sello de Stephen Sondheim, que tristemente falleció hace unos meses. ¿Es casi un homenaje a él? Presentaron el espectáculo en una fecha muy especial.
--Efectivamente, decidimos presentar el espectáculo el 22 de marzo, día en que habría cumplido 92 años.
--¿Fue uno de sus referentes cuando empezó a hacer musicales y entrar en este mundo?
--Es un mundo en el que entras poco a poco. Vas viendo espectáculos, unos te gustan más o menos y Stephen es el gran compositor, el gran clásico. Yo tengo una lista en el teléfono de las cosas que me gustarían hacer algún día y Golfus de Roma siempre estuvo ahí. Estoy muy contento de poderla dirigir porque para todos los directores es un placer dirigir un Sondheim.
--¿Entonces es más de Sondheim que de Andrew Lloyd Webber, podemos decir? Porque ya sabe que genera controversia.
--¡Odio esta elección! Porque soy fan de los dos. Me encanta cantar las canciones de Andrew Lloyd Webber, mucho. Para mí, los dos son máximos exponentes con puntos de vista diferentes en algunas cosas pero no me sé imaginar el mundo del musical de hoy sin ninguno de los dos. Ambos han aportado cosas que han hecho que el musical sea hoy tal y como es.
--Precisamente, ¿cómo ve la situación del musical hoy en día en Barcelona? Porque hasta hace poco parecía que estaba apartado.
--Cada año tenemos buenas propuestas, por eso. Evidentemente, es un género más complejo, más caro, más difícil de producir y que requiere más inversión. Aun así, cada año Barcelona tiene tres o cuatro títulos de calidad y mucho prestigio que el público aprecia. Lo que hemos de intentar es que el catalán no quede apartado de estas grandes producciones. Las asignaturas pendientes que tenemos son estas: el catalán y los musicales de creación, que es la apuesta que estamos haciendo desde el Condal como La filla del mar, por ejemplo.
--¿Cree que usted, con sus proyectos y con la dirección del Condal, recupera un poco esa tradición que hubo entonces cuando aparecieron los Dagoll Dagom y otras compañías en Barcelona?
--Yo he crecido viendo musicales en catalán en Barcelona y nada me hace pensar que esto haya de cambiar. El catalán es la manera natural en la que hacemos gran parte del teatro de nuestro país y los musicales no han de ser una excepción.
--¿Pero el hecho de ser en catalán no resulta un 'hándicap' a la hora de atraer público del resto de España?
--Es evidente que si haces musicales en catalán es para que venga a verlo gente del resto de Cataluña y difícilmente vendrá alguien de fuera a ver un musical en catalán. En este sentido, Madrid juega otro rol, porque hace espectáculos en castellano y toda España es susceptible de ir a verlos. Nosotros somos un país más pequeño, pero eso nunca ha sido un problema para nosotros. Esto no debe ir en perjuicio del idioma en el que hacemos nuestros espectáculos.
--Claro, pero a veces, eso implica menos público. ¿Cree entonces que Barcelona debería apostar por recuperar su capitalidad del musical?
--Barcelona debe luchar por tener una salud teatral y de artes escénicas potente y sana. Eso incluye el musical. No hemos de compararnos con Madrid, ni competir con ellos, sino hacer lo que debemos.