María Pascual, más conocida como María Lapiedra, saltó a la fama tras contraer matrimonio con el productor de cine para adultos Ramiro Lapiedra, su primer marido. Hoy, dos décadas después habla de este período como de una “etapa oscura” de su vida en la que tenía la autoestima por los suelos. Licenciada en Filología Catalana, nunca ha pensado en dedicarse a nada vinculado a ello, aunque revela que el próximo mes de setiembre empezará un máster de Educación respetuosa.
A sus 37 años, María vive volcada en el cuidado de sus tres hijas, la última de ellas nacida hace dos años, fruto de su relación junto a Gustavo González, su tercer marido y con quien lleva 12 años de relación, “ocho de ellos en secreto”. La pareja se dio el sí, quiero el pasado mayo en una boda junto a sus familiares y que la catalana define como “el sueño de su vida”. En esta entrevista, se desnuda para Crónica Directo y habla de sus proyectos de futuro, su paso por Telecinco, de sus affaires con Pipi Estrada, su relación con Joan Laporta y de sus noches de fiesta con Gerard Piqué, entre otras cosas.
--Pregunta: ¿Cuándo decide aventurarse en el mundo del cine para adultos?
--Respuesta: Realmente no considero que haya hecho cine para adultos porque tan solo hice una escena de 20 minutos. Quien mata a un perro no es un mataperros.
--¿Cómo recuerda esa época de su vida?
--Fue una etapa muy dura y muy oscura de mi vida porque me casé con Ramiro Lapiedra y a raíz de ahí mi autoestima quedó bajo mínimos, por los suelos. Era un monigote en manos de él o de quien quisiera estar a mi lado. Yo solo buscaba amor, era muy joven. Hoy, lo que yo intento inculcar a mis hijas es que tengan una autoestima alta y una buena infancia. Espero que mi ejemplo les sirva para que puedan tener una vida mejor de lo que yo la he tenido.
--¿Se arrepiente?
--Me arrepiento muchísimo. Cuando una persona está con la autoestima tan baja y nota la ausencia de amor, al final acaba haciendo cosas que sabes que no son correctas ni quieres. En esa época también confundía mucho el sexo con el amor y pensaba que, bueno, si tenía un novio era porque realmente me quería. La vida me ha demostrado que no es así. A veces tienes un novio o te acuestas con una persona porque solo quiere sexo.
--¿Qué le parece el auge de plataformas como Only Fans? Muchos famosos se han abierto una cuenta en la aplicación. ¿Se atrevería a dar el paso?
--Ni tengo, ni he tenido, ni tendría. Aun si no tuviera hijas, tampoco me abriría uno. Todo esto me queda ya muy atrás. Además, Gustavo odia todo este tipo de cosas. Él dice que no podría estar con una persona que se dedicara a eso y yo, por suerte, cada día me quiero más. Por lo tanto, cada día me veo menos involucrada y quiero saber menos del mundo este en el que te sientes utilizada.
--¿Por qué decidió estudiar Filología Catalana? ¿Se plantea ejercer con algo vinculado?
--Estudié Filología Catalana porque, básicamente, a mi padre siempre le ha encantado la literatura. Tiene montones de libros. Él era mi referente y yo vivía con él. A mí me encantaba leer. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hice esa carrera para agradarle a él. Es duro darte cuenta de ello, pero lo cierto es que si hubiera nacido en otra familia, o hubiera tenido la capacidad de decidir por mí misma, sabiendo quién soy, habría escogido otra carrera. Cuando eres joven muchas veces tienes la necesidad de agradar a tus padres y a tu entorno, aunque no me arrepiento de haberme licenciado, todo lo contrario. Está muy bien porque puedo escribir sin faltas de ortografía, puedo ayudar a hacer los deberes a mis hijas y tal. Me planteé durante un tiempo ser profesora, pero me di cuenta de que no era lo mío. No obstante, en setiembre empezaré un máster de Educación respetuosa, que va de los 0 a los 21 años que engloba toda la infancia, toda la adolescencia. Es un tema que me hace vibrar.
--¿Qué le ha llevado a tomar esa decisión?
--Siempre he visto que las infancias, y me incluyo a mí misma, son una mierda. Los adultos intentan que los niños se comporten como adultos y eso me da muchísima rabia. Los padres en general intentan moldear a los niños a su merced. Hay que tratar a un niño igual de bien que a un adulto. Todos los seres humanos somos igual de importantes, no hay ni mejores ni peores. Todo aquel que arrastre traumas infantiles es muy complicado que de mayor sea una persona feliz.
--¿Cómo es su nueva vida al lado de Gustavo?
--Una vida muy tranquila, muy normal. Como la de dos personas muy normales. Ni nos creemos ni somos más que nadie. Trabajamos, recogemos a mis hijas en el colegio. Luego tenemos a Mia, nuestra hija en común de 2 años, que no va a la guardería y está siempre conmigo. El año que viene ya empezará el cole. Irá al mismo colegio que sus hermanas.
--¿Cómo fue su boda? Si la tuviera que definirla en una palabra, ¿cuál sería?
--Muy bien, aunque en todas las bodas siempre hay algún fallo. Definirla en una palabra es muy complicado. Prefiero quedarme con la frase “un sueño hecho realidad” porque en sí fue muy bonita, a la gente le gustó mucho. Nos quedamos todos a dormir, al día siguiente Gustavo hizo paella y el lugar era idílico. Aunque lo más importante de todo, es que estaba con Gustavo, que es el amor de mi vida.
--¿Cómo se fraguó su historia de amor?
--Todo empezó porque él era colaborador en ¿Dónde estás corazón? y yo iba muchas veces de entrevistada. Gustavo y Montero me daban muchísima caña, me decían que me inventaba las cosas. Ya se sabe eso de que los que se pelean, se desean. Una vez, tuvo que venir a mi casa, en Sanchinarro, en Madrid, para visualizar unos vídeos míos con Pipi Estrada. Vimos los vídeos, vio que era verdad, que yo estaba liada con Pipi Estrada y antes de que se fuera nos liamos. Yo pensaba que era una cosa de una noche, él estaba casado con cuatro hijos y yo pensé que era otro que me había usado solo para sexo y fuera. Luego, con el tiempo, me di cuenta de que no, que estaba enamorado de mí y que era amor de verdad. Yo también estaba enamorada de él.
--¿Se plantean ampliar la familia?
--No. Mia es la culminación de nuestra historia de amor de 12 años, de los cuales ocho fueron en secreto. Era el punto que necesitábamos. Yo tengo tres hijas, Gustavo, cinco. En casa vivimos con tres niñas y cada una requiere su tiempo. Si tuviera más, me vería abrumada. Prefiero tener tres y saber que puedo con ello y no tener más y estar como una madre estresada. Los niños necesitan calma y tranquilidad para poder ser ellos mismos.
--¿Tiene ganas de volver a la televisión?
--Ganas de volver a la tele… (resopla). Si algún día me llaman para hablar de algo, iré. Así como hago esporádicamente que voy a Sálvame. En 2018 iba muchísimo, dos y tres veces por semana. Siempre estaba en el Deluxe y luego en Supervivientes, que abandoné al mes porque sentía que echaba mucho de menos a mis hijas y tenía miedo de que mi ausencia les pudiera causar un trauma infantil. Ahora no me arrepiento para nada de haber abandonado el concurso, lo que importa es el tiempo de calidad que tienes con tus hijos y no el dinero que te puedan dar en un programa de televisión. El dinero se gasta, el tiempo con mis hijos nunca más volverá y yo prefiero dárselo a mis hijas.
--¿Se ha sentido maltratada por Mediaset?
--Mucho, no hace falta ni decirlo. ¿Quién no cree que yo haya sido maltratada por Mediaset? Si hiciéramos una encuesta, el cien por cien diría que he sido maltratada. Tampoco les culpo a ellos. Ellos simplemente te contratan y ya está, tú ya sabes que te van a machacar. No te van a pagar un pastón para decirte ‘qué guapa eres, lo haces todo de puta madre’. Es obvio que si te pagan es para que te digan de todo menos guapa. No les culpo a ellos porque yo también podría haber dicho el primer día que me largo, y, sin embargo, seguí. Yo sabía a lo que iba, si no no vas a Sálvame, vas a Pasapalabra o a Got Talent, así que nunca me he planteado denunciarles ni nada de todo eso.
--¿Qué cree que le queda por hacer en televisión?
--Nada, nunca he sentido que sea mi medio. Sí que sé que es verdad que hay mucha gente que se muere por ir a la tele. A mí me han llamado y yo he ido, pero nunca he pensado voy a hacer esto y luego voy a hacer lo otro porque quiero ser presentadora, por ejemplo como Núria Marín. Ella sí que quiere llegar lejos. De hecho, ya es presentadora y yo la adoro, desde que estaba en colaboradora en Cazamariposas.
--¿Qué proyectos tiene en mente para el futuro?
--Hacer el máster y, quizá, junto a Tania García, que es educadora y psicóloga, dar consejos a padres que quieren hacerlo bien con sus hijos, en plan psicóloga online. Luego seguir con lo mío, Instagram, mi canal de belleza en Movistar. También soy imagen de un videojuego. Estoy en una época de mi vida que prefiero antes tener una buena vida llena de amor junto a mis hijas que un buen trabajo. El trabajo solo da dinero y la gente que solo tiene dinero es muy pobre. Prefiero tener una vida llena de amor antes que de dinero.
--Estuvo con Joan Laporta. ¿Cómo es hoy su relación?
--Joan Laporta me tiene muchísimo cariño y yo a él. Obviamente, no sexual ni nada de eso, sino como amistad. Si no hubiera mantenido relaciones con él, habríamos sido amigos igualmente. Es una persona que realmente me ha valorado y eso es muy difícil de encontrar. Alguna vez me ha escrito para preguntar qué tal, felicitarme la maternidad... Siempre de muy buen rollo. Pocas palabras, pero verdaderas. Si él dice que se alegra por mí, sé que es de verdad.
--¿Era conocedora de los escándalos en los que se ha visto envuelto Gerard Piqué en los últimos días?
--Lo conocí hace muchísimos años, en el 2010. Estuve con él en algunas fiestas, pero desde que empezó con Shakira, le perdí la pista. Todo lo que sé es porque me lo ha contado Gustavo, que él tenía muchísima información, no porque yo haya hablado con él ni mucho menos. Hace años que no hablo con él.
--¿Qué puede contar de esos encuentros con Piqué?
--Solo diré que Gerard Piqué y sus amigos de toda la vida me conocen perfectamente. Vamos, que saben quién soy. Si no explico más es porque me parecería una falta de respeto hacia Gustavo y porque no tengo ganas de que me caiga una demanda.