La pedida de mano se imagina por norma general en un lugar romántico, ya sea a los pies de la torre Eiffel, en una cena en cualquier tratoria romana cerca del Coliseo, en una góndola en Venecia o en viaje idílico a la orilla del mar. Algo de lo que parece que Ben Affleck no era conocedor.
Y es que el actor canadiense pidió matrimonio el pasado sábado a Jennifer López en el baño de la mansión de la artista. Según ha confesado la propia estrella de la música, su prometido hincó rodilla mientras ella se daba un baño de espuma en su bañera con hidromasaje: así lo ha desvelado la diva del Bronx en una nueva entrada de su página web.
Jennifer lo cuenta todo
“El sábado por la noche, mientras estaba en mi lugar favorito en la tierra (en el baño de burbujas), mi hermoso amor se arrodilló y me propuso matrimonio”, ha empezado. “Me tomó totalmente por sorpresa y solo lo miré a los ojos sonriendo y llorando al mismo tiempo tratando de entender el hecho de que después de 20 años esto estaba sucediendo de nuevo, literalmente me quedé sin palabras y dijo: ‘¿Es ¿Eso es un sí?' Dije que SÍ, por supuesto, eso es un SÍ”, ha proseguido la cantante.
Lejos de dejarlo aquí, Jennifer ha contado a sus seguidores con todo lujo de detalles cómo se sintió en ese momento y lo que significa para ella que el actor le haya vuelto a pedir la mano, casi 20 años después de que la pareja suspendiera su primera boda y, en consecuente, diera por terminada su relación: “Estaba sonriendo muchísimo y las lágrimas me caían por la cara, sintiéndome tan increíblemente feliz y completa”.
Una pedida "nada lujosa"
La cantante de raíces puertorriqueñas reconoce que no fue una pedida “nada lujosa”, pero asegura que fue lo más romántico que pude haber imaginado. “Solo una noche tranquila de sábado en casa, dos personas prometiendo estar siempre ahí el uno para el otro. Dos personas muy afortunadas. Quien tuvo una segunda oportunidad conoce el amor verdadero”, ha revelado.
Cuanto al pedrusco que luce desde entonces en su mano, se trata de una esmeralda y revela que Ben era conocedor que el verde es su color favorito. “El verde siempre ha sido mi color de la suerte y ahora, seguro, siempre lo será”, ha afirmado, al mismo tiempo que enseñaba la sortija en cuestión.