Carolina Durante es "tu nuevo grupo favorito, solo tiene dos canciones, pero no son sólo canciones, son himnos generacionales". Así abren ellos su nuevo disco, Cuatro chavales. Un álbum en el que la banda se consolida y cierra una etapa a través de temas que hablan del éxito, la industria musical, el fútbol, las adicciones y el desamor, entre otros.
La banda logró la fama con Cayetano. Gracias a ese tema, crearon una nueva etiqueta social que se viralizó en todo el país. Sin embargo, a pesar de su éxito, ahora se enfocan en nuevos trabajos. "Si tenemos que hacer canciones pensando en Cayetano, dejas de hacerlas. Una canción como esa sale cada no sé cuántos años", asegura Diego Ibáñez en una entrevista con Crónica Directo.
--Pregunta: ¿Cómo surge el nombre del álbum, 'Cuatro chavales'?
--Sale de una canción, que es la primera del del álbum y que se llama Tu nuevo grupo favorito. Surge por la narrativa y la historia que se ha montado siempre alrededor del grupo, que es de lo que trata esa canción también. Hacemos un poco de mofa a cómo nos ha visto siempre la prensa, que en parte se debe a cómo nos ha vendido nuestro sello, de que somos cuatro chavales. Hasta tal punto llegaba la coña de cuatro chavales que, por ejemplo, cuando le enseñábamos según qué canciones a nuestro manager o nos hacíamos según que fotos, decía: “Pero es que esto no es de cuatro chavales”. Además, era la última oportunidad que teníamos de llamar el disco Cuatro chavales, porque yo creo que el con siguiente ya sería un poco forzar la máquina.
--¿Cómo se sienten como grupo?
--Yo no me veo ya como un chaval. Martín, el bajista, tiene casi 30 años. Digamos que era un poco hacer el meme de todo esto. ¿Hasta qué edad uno es chaval? También es cierto que, a mi padre, que tiene 60 años, supongo que su padre le puede ver todavía como un chaval [ríe]. Pero yo creo que ya está un poco alejado de eso. Yo creo que yo creo que el chaval se es hasta los 16.
--¿Qué etapa muestra este disco respecto al anterior de 2019?
--Este disco ha sido perfeccionar un poco lo que veníamos haciendo y cierra la etapa desde que empezamos hasta ahora. Este álbum, al final, es continuista, no hacemos como nada realmente novedoso. Sí que es verdad que yo creo que es la primera vez que estamos realmente contentos con el sonido, que siempre habíamos estado un poco recelosos de lo que grabábamos a posteriori. Pero esta vez yo creo que estamos todos bastante contentos con el resultado más allá de a nivel compositivo.
--¿Qué vendrá ahora?
--Supongo que, si hacemos tercer disco, algo tendrá que cambiar porque llega un momento que uno se cansa y tiene que meter pequeños cambios. Este álbum creo que es una reafirmación de lo que veníamos haciendo. A mí me toca un poco los cojones esta cosa de reinventarse constantemente y de tener que cambiar porque, si no, es como que has hecho lo mismo que hiciste la otra vez. Para mí es muy importante que un grupo o que un artista tenga una personalidad o una identidad clara. Me parece que es muy clave lograr que la gente sepa identificarnos y diga: “Esto suena a Carolina Durante”. Eso es increíble.
--Es un álbum que se gestó en pandemia, pero que intenta huir de esa idea.
--Al componer, intentaba huir de todo lo que pudiese recordar mínimamente a la pandemia. Incluso a nivel de sensaciones. A la hora de hacer una canción lo último que quería transmitir era una sensación apática, de pesadumbre. Hay canciones que tienen un poco más de eso, pero la idea no está ligada al coronavirus, sino que viene de otra situación. Queríamos que el disco fuese ligero, que lo empezaras a escuchar y entrase solo. El objetivo es que fuese menos solemne que lo que veníamos haciendo y que en absoluto recordase a nada parecido a la pandemia. No queríamos que se escuchase dentro de 15 años y la gente lo recordase por ser el álbum que hicimos en esta época.
--En la portada aparecen con las caras eliminadas. ¿Por qué?
--Realmente no fue una decisión nuestra. Nosotros lo único que teníamos claro con respecto a la portada era que queríamos que fuese una foto nuestra. Entonces, imagínate nuestras caras cuando nos mandan la portada y vemos que le han recortado las caras. Por una parte, era raro, pero por otra nos gustó. Era como quitarnos importancia a nosotros mismos. Y también para jugar un poco con esa cosa que siempre se ha dicho de nosotros de que podríamos haber sido cualquier grupo de amigos. Que, en realidad, no. Pero hay mucha gente que dice que en nuestras canciones se pueden ver reflejados e identificados. Al quitarnos las caras, pueden poner las suyas ahí.
--La canción que abre el disco es ‘Tu nuevo grupo favorito’, donde hablan del secreto del éxito, ¿han descubierto cuál es?
--No lo sé [ríe]. Seguimos trabajando en la fórmula del éxito. Cuando la descubramos, nos haremos millonarios, montaremos un sello, ficharemos grupos y la aplicaremos en ellos.
--Hacen referencia a sus canciones más conocidas. ¿Sienten presión por volver a lograr el éxito de temas como ‘Cayetano’?
--No. Al final, si tenemos que hacer canciones pensando en Cayetano, dejas de hacerlas. Una canción como esa sale cada no sé cuántos años. Lo que intentamos al hacer temas es que nos gusten a nosotros. Evidentemente, a medida que vas haciendo canciones, va siendo más difícil que te gusten. O bien porque eres más exigente o bien porque se parecen a cosas anteriores que has hecho. Ya hemos hecho 40 temas, hay cosas de las que ya hemos hablado. Yo me pongo a escribir y me sale hablar de cosas que ya he hablado o me sale de repente una frase que se parece mucho a la frase que escribí en otra canción. En ese sentido, se va haciendo un poco más difícil componer, pero la cosa es que nos guste y punto.
--En la canción ‘Granja escuela’ hablan de las adicciones. ¿Cómo surge?
--Esto surge, básicamente, por cada vez que llegamos a un poco torcidos. Imagínate, tocamos el sábado y el domingo, y llegamos el domingo a la furgoneta a las 10 de aquella manera. Nuestro técnico de sonido siempre nos dice que vamos a acabar en la granja escuela, que es como él llama a los centros de desintoxicación. Y desde ahí siempre la bromita con el tema.
--En una frase dicen “Si estás triste y le das al vicio”. ¿Querían hacer referencia a la salud mental?
--No es que quisiésemos hacer referencia a la salud mental, pero sí que aparece. La salud mental ahora está muy presente y se hace mayor hincapié. Yo veo a muchísima gente a mi alrededor que, cuando está mal, para evadirse de esa tristeza, sale de fiesta y se pone hasta el culo, o cualquier otra cosa. Vicios hay muchos: desde la fiesta, hasta las relaciones sexuales, los videojuegos, el móvil... Cada uno tiene sus vicios, lo que pasa es que hay que saber controlarse.
--El disco trata muchos temas, pero también hay espacio para el amor y el desamor. ¿Es inevitable?
--Yo me esfuerzo. Creo que en este disco la mayoría de las canciones no giran en torno al amor, pero al final siempre acaba saliendo porque es lo más importante. Las canciones que realmente emocionan son las de amor y desamor, por mucho que intente escribir sobre otro sobre otro tipo de cosas. El amor va a estar siempre ahí, aunque ya se haya escrito sobre ello.
--Utilizan mucho la ironía y la gracia en sus canciones. ¿Es premeditado?
--Va surgiendo. Con respecto a las canciones de amor, siempre hay un punto a medida que yo, por ejemplo, voy escribiendo la canción, en el que se me hace muy ñoño y muy cursi. Entonces tengo que darle una vuelta y meter algún guiño y gracieta que le quite peso para que sea más ligera. El humor lo relativiza todo. En mi día a día también intento tomarme el intento relativizar las cosas, aunque siempre con éxito [ríe].
--Es un álbum sin colaboraciones en una época donde los featurings están a la orden del día. ¿Por qué no han querido incluir ninguna?
--Ahí sí que lo hemos tenido siempre bastante claro. Las colaboraciones nos gusta meterlas más en singles o en EPs, pero los discos queremos siempre dejarlos para nosotros solos, enteros como nuestra obra. Queremos que sea limpio: esto es Carolina Durante y es solamente nuestro. Y, sobre todo, también porque ahora hay discos en los que casi todo son colaboraciones. Cuando eso se da, hay una sensación como de que la obra no es solo de ese artista. Y eso no es lo que queremos como grupo. Queremos que cuando nos escuches sea única y exclusivamente nuestro. Igual en el tercero metemos un par de colaboraciones, puede ser, pero de momento es lo que hemos querido.
--¿No les gustan?
--A mí me gustan, tanto hacerlas con el grupo como cuando yo soy fan de alguien y, de repente, veo que va a hacer una canción con otro artista que también me gusta. Pero hay otras veces que no tanto, porque no me creo las colaboraciones. No me creo que a este tipo le guste esto que hace esta otra persona. Es que no me lo creo. Y ahí es cuando me chirría. Por eso también me toca un poco los cojones esto de las colaboraciones. Sobre todo, es que muchas veces es imposible que alguna colaboración quede bien. Me gusta también eso de sacar una a un artista fuera de su terreno, pero a veces es imposible que casen dos cosas. Yo sé que hay artistas con los que nunca vamos a colaborar porque no tiene sentido, por mucho que nos gusten.
--Para acabar, ¿cómo afrontan una gira tras muchas restricciones?
--Tenemos unas ganas loquísimas, la verdad. Nosotros el primer verano de la pandemia dimos unos seis o siete conciertos y decidimos no hacer más porque era una tristeza absoluta. Lo de las sillas y demás no iba con nosotros. Luego sí que es verdad que dimos alguno que otro porque, a priori, nos habían dicho que habría condiciones normales, aunque a última hora nos decían que no. Llevamos mucho tiempo sin tocar bien, estamos deseando que se pueda hacer en plenas condiciones y que la gente no tenga miedo, que todo se calme realmente. Así no podemos estar viviendo. Todo el mundo a mi alrededor está fatal, da pena verlo, la gente está malita. A ver si cambia un poco la cosa.