“Antes vendía bolsos en Serrano, ahora los colecciona”, con esta frase Netflix promociona el próximo estreno de la docuserie sobre Georgina Rodríguez que empieza a emitir el 27 de enero. Unas palabras que dan pistas sobre cómo ha sido el ascenso social de la joven española.
Pese a nacer en Argentina, la modelo pasó buena parte de su vida en Jaca (Huesca) y cuando pudo y ya mayor de edad se fue a vivir a Madrid. Su llegada a la capital, por eso, no fue tan fácil como imaginaba.
Dificultades
“Mi llegada a Madrid fue tremenda...”, confiesa. Encontrar una vivienda digna para entrar a vivir resultó una ardua tarea. “Estuve buscando muchos pisos baratos, de 300 euros, y acabé en uno que había sido un trastero”.
No son pocas las personas que viven en esta situación. En el caso de su nuevo inmueble además “hacía mucho frío en invierno y mucho calor en verano”.
Trabajos previos
Luego llegó el momento de buscar trabajo. Lo encontró en la mítica calle Serrano de Madrid. En 2016, y durante ocho meses, se convirtió en dependienta de la tienda Gucci y, de allí, pasó al stand de Prada de El Corte Inglés.
Un año después, en 2017, llegó el amor… y la fama. “El día en el que conocí a Cristiano, mi vida cambió”, reconoce. Un hecho más que evidente. Ese mismo año, le surgieron diferentes ofertas para ser modelo y las cámaras no le dejaron de seguir.
Fama y futuro
Cinco años después de ese encuentro, Georgina es ya toda una influencer cuyo nombre se conoce por todo el mundo. Es la española con más seguidoras en Instagram y es imagen de distintas firmas y ya no sólo del mundo de la moda.
Decidida, empoderada y con ganas de seguir con este éxito, anuncia que esto es sólo el comienzo. ¿Qué le depara el futuro a Georgina? Por ahora, un estreno y el embarazo de sus gemelos que va a tener este año con Cristiano Ronaldo.