Ha llegado el gran día. Un año y un par de meses más tarde de lo planeado, Anabel Pantoja y Omar Sánchez se han podido dar el “Sí, quiero” en un gran jolgorio celebrado en la playa de la paradisíaca isla de La Graciosa (Canarias) ante más de 70 invitados.
Pese a la multitud de circunstancias que han hecho peligrar la boda hasta el último momento, para el día más importante de su vida, la colaboradora de Sálvame ha lucido radiante con un vestido blanco, bohemio, con mucho encaje y de clara inspiración romántica e ibicenca.
Un diseño de firma neozelandesa
Se trata de un diseño de la firma neozelandesa Rue de Seine, aunque, bien es cierto que podría ir firmado por la modista española Charo Ruiz. Y es que las similitudes de estilo entre ambas casas de moda son más que evidentes. Los bordados, los motivos florales, las transparencias y los encajes lo avalan.
De hecho, lo de la influencer con su vestido de novia fue amor a primera vista. Todo empezó con un anuncio de Instagram. Al parecer, la sobrina de Isabel Pantoja sintió un flechazo al descubrir por casualidad la línea que sigue la casa de moda, afincada en Auckland (Nueva Zelanda).
Comprado en París
No hay para menos. El vestido es una joya única que fue encargado a la boutique que la firma tiene en París y que hasta hace tan solo unas horas ha estado en el atelier, donde ha sido ajustado al milímetro a la figura de la sobrinísima.
En definitiva, se trata de un diseño que viene como anillo al dedo al idílico entorno en el que se celebran los fastos nupciales. Anabel comparte hoy con sus seres queridos el día más importante de su vida, aunque lo hace con la ausencia de su primo, su tía y su padre, tan solo 48 horas después del óbito de su abuela.