Esta semana se cumple un año desde que Mila Ximénez fuera diagnosticada de un cáncer de pulmón. Y es que lo que tenía que ser una visita al médico por lo que aparentemente parecía un pinzamiento en la espalda, terminó en una terrible noticia.
Fue la noche del 25 de julio cuando la propia colaboradora se sentó en Deluxe para dar a conocer en directo que sufría cáncer. "La doctora me dijo que era un tumor en el pulmón con metástasis, aquí me cagué. Está en los pulmones, el hígado y más partes", confesó.
Una lucha estoica
Pese a que en un primer momento la colaboradora de Sálvame prometió que le iba a plantar cara a la enfermedad, lo cierto es que la suya no está siendo una lucha fácil. De hecho, en más de una ocasión la periodista ha confesado que se ha planteado, incluso, tirar la toalla.
Con todo, hoy Mila continúa sometiéndose a extenuantes tratamientos oncológicos para frenar el avance de la enfermedad. Una situación que la ha obligado a abandonar la televisión de forma temporal y a recluirse en su casa, tal y como ella misma contó el pasado mes de marzo.
Alejada de las cámaras
"Me he pasado un mes sin poder moverme de la cama. No tenía cuerpo. Tengo mucha fuerza, pero cada vez me cuesta más sacarla. Está siendo muy largo el camino y muy jodido. Me ha pillado cansada", explicó la colaboradora.
No obstante, al parecer, las últimas noticias que llegan de la periodista son esperanzadoras. Hace tan solo siete días, Ximénez fue fotografiada por la prensa mientras acudía al centro sanitario para recibir la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus. Horas más tarde, se la vio paseando por el centro de la villa y corte acompañada de su hermana, su cuñado y su estilista.