Toda la gente que tuvo la suerte de conocerlo, repite lo mismo: “Robin Williams era uno de los tipos más buenos que jamás han existido”. El que fuera considerado el mejor cómico del mundo impactó a todos el pasado 2014 al quitarse la vida a sus 63 años. Una decisión que se relacionó con drogas y depresión, pero todo fue una mentira.
La plataforma de cine en línea Filmin acaba de estrenar el documental El deseo de Robin, una queja a aquellos que atribuyeron sin pruebas el motivo de su muerte, pintaron payasos tristes o afirmaron que era un ser humano solitario. En él, sus responsables dejan claro que la causa de su marcha fue la grave enfermedad que sufría, pero que nunca le diagnosticaron: demencia con cuerpos de Lewy.
¿Qué es la demencia con cuerpos de Lewy?
Robin Williams estaba autoconvencido de que sufría algo que le quitaba la capacidad de recordar y alteraba su percepción de la realidad. Sabía que tenía algo que estaba acabando con él, pero nadie supo decirle el qué. Y es que la demencia con cuerpos de Lewy es una de esas enfermedades difíciles de diagnosticar, y que muchas veces se hace postmortem.
Esta enfermedad degenerativa puede provocar infinidad de síntomas, como la pérdida de memoria, el olfato, repetidos cuadros de ansiedad, privación del sueño y una tremenda afectación neuronal completamente irreversible. Pero el no poder identificarla atormentó al actor por dentro, mucho más que sufrir cualquier otro mal.
Su mujer ha querido revelar el secreto
Susan Marie Schneider, la mujer del cómico, aparece en El deseo de Robin para contar cómo su marido, un tipo famoso por su alegría, su energía, su humor y su poder para improvisar, de repente no recordaba los diálogos ni era capaz de interactuar con el resto del reparto.
Muy involucrada en la grabación y la recopilación de las imágenes, la viuda cuenta cómo Robin Williams se despertaba asustado por las noches con la sensación de estar encadenado a su propio cuerpo. Un testimonio que arroja mucha luz al suceso más devastador que ha sufrido el universo de la comedia estos últimos años.
La autopsia desveló la incógnita
El documental quiere aclarar que el oscarizado actor no abandonó este mundo porque creyera que estaba solo y desamparado, sino porque todo lo que le hacía vivir, lo que le hacía seguir sonriendo, desaparecían sin sentido y sin que él llegara nunca a saber exactamente por qué. "¿Tengo alzhéimer, demencia, esquizofrenia?", preguntaba nervioso a los médicos, sin obtener respuesta. De hecho, lo único que le diagnosticaron fue párkinson.
Finalmente, la autopsia realizada a Robin Williams reveló el motivo real. Una noticia que supo su mujer, Susan, casi tres meses después de la muerte de su marido. "Sin saberlo, hemos estado luchando contra una enfermedad mortal que no tiene cura. Sin embargo, durante este proceso, su corazón se mantuvo fuerte", afirma la viuda del hombre más gracioso del mundo.