Carlos Vázquez Moreno, más conocido como Tibu, ha sido uno de los representantes más prestigiosos de la música española a lo largo de muchos años. Artistas como Hombres G, Marta Sánchez, Luis Eduardo Aute o Antonio Flores han sido sus clientes, pero todo cambió en el año 2010.
Una de las bandas que llevaba en ese momento, y que cosechaba un éxito sin precedentes en España, le demandó por apropiación indebida: El Canto del Loco. Una denuncia por la que tuvo que ingresar en prisión cuatro años, dos meses y un día. Un castigo que atribuye a una sola persona: Patricia Conde, "la Yoko Ono" del grupo.
Todo acabó con la llegada de Patricia
Los integrantes de El Canto del Loco acusaron a Tibu de haberse quedado parte de los beneficios de la gira de 2008, unos 220.000 euros, por los que ingresó en 2015 en el centro penitenciario de Soto del Real. Allí tuvo tiempo de ordenar sus pensamientos e ideas y plasmarlo todo en un libro de memorias.
En él, Tibu se ha vengado de muchos de sus antiguos representados, especialmente con los miembros de El Canto del Loco y contra la mujer que acabó con el grupo: Patricia Conde. "Hubo un cambio sustancial en el comportamiento de Dani Martín a partir de comenzar su relación con Patricia Conde. Es una opinión personal mía, pero fue un poco la Yoko Ono de El Canto del Loco", escribe el representante en su libro.
Haría las paces con Dani Martín
"Todo es supuesto y presunto, pero hay un cambio de actitud radical de Dani y del resto de miembros del grupo cuando aparece Patricia. Entonces, te da qué pensar", señaló Tibu. El cantante y la presentadora mantuvieron una relación entre 2007 y 2009, justo antes de que la banda anunciara su separación. El exmánager se despacha contra ella, pero mantiene sus buenas palabras hacia el vocalista del grupo.
"He pagado los platos rotos, fui muy despistado y tremendamente dejado porque, insisto, en que nunca me llegué a creer la realidad de todo esto. Nunca pensé que iba en serio hasta que me vi en el banquillo de la Audiencia Nacional. Si me encontrara con Dani Martín, le tendería la mano y le diría que nos unen muchas más cosas de las que nos separan, que no ha pasado nada, que yo no quiero venganza y que el libro no va de eso", explicó.