El político Manuel Valls y su pareja, la heredera de los laboratorios Almirall, Susana Gallardo, ya han celebrado por todo lo alto que son marido y mujer. Lo han hecho en una tremenda fiesta que han organizado en la finca familiar, cuya superficie roza las 10 hectáreas, que la familia de la mujer de Valls tiene en la cala Binidalí, en Menorca.
Una celebración, que se ha alargado hasta bien entrada la madrugada, a la que han asistido cerca de 150 personas y en la que no ha faltado ningún tipo de detalle, percances incluidos. Y es que el político se ha desmelenado tanto durante el festejo, que ha sufrido un aparatoso accidente en pleno baile que no ha pasado desapercibido por nadie. ¿De qué se trata?
Manuel Valls y su zapato
Pese a firmar el acta de su matrimonio el pasado lunes, en el Registro Civil de Barcelona, no ha sido hasta este sábado cuando el exprimer ministro francés y la heredera de los laboratorios Almirall han celebrado su matrimonio por todo lo alto. Una cita muy especial para ambos en la que el político se ha enfundado en una guayabera blanca, un sombrero de paja, también blanco y adornado con una cinta negra, y unos pantalones blancos. Y es que el protocolo para dicha fiesta era vestir de blanco. Por su parte, su ya mujer, Gallardo, ha elegido un vestido, color blanco roto, confeccionado por el diseñador Ze García, de aires hollywodienses, con escote halter y una generosa apertura lateral en la pierna cubierta de plumas, también blancas.
Unos atuendos de lo más atrevidos que se podrían haber convertido en el centro de todas las miradas, si no fuera por el zapato del político. Y es que Valls, para su gran día, y tal y como se puede ver en el vídeo de Instagram usado por el programa Socialité, eligió unos mocasines de color marrón que, para mala pata suya, y nunca mejor dicho, tenían la suela despegada, o rota, según se quiera mirar. Un detalle que no ha pasado por alto a ninguno de los allí presentes, mientras el político y Gallardo daban la bienvenida a sus invitados, dándolo todo, a ritmo de la canción Volaré. Aunque, por volar, la suela del zapato del exprimer ministro francés, ¿saldría disparada hasta impactar contra el móvil o cámara de alguno de sus invitados?
La fiesta de Valls y Gallardo siguió
Pese a este pequeño percance, lo cierto es que la boda entre Valls y su mujer ha seguido tal y como estaba prevista. Después de darlo todo en una gran fiesta blanca, en la mansión de Gallardo, los festejos han seguido con un gran almuerzo al lado del mar, para curar la resaca con la brisa marinera.
Valls y su mujer han deleitado a todos sus invitados, entre ellos Isabel Preysler y su pareja Mario Vargas Llosa, con un almuerzo de postín en el Club Náutico de Binisafua, un enclave muy conocido para los tortolitos, puesto que frecuentan a menudo cada vez que se dejan caer por Menorca. Aunque, para dicho almuerzo de despedida, y tras tres días de boda, bailes y celebración, la gran pregunta es ¿se habrá cambiado Valls los zapatos?