Cada vez que habla sube el pan y su presencia en un evento es casi tan deseada como la de la mismísima reina Letizia, por eso la última entrevista de Tamara Falcó en la revista Elle es un continúo derroche de titulares y sentido del humor, del que solo la hija de la reina de corazones puede hacer gala.
Y precisamente en cuanto a su madre, Isabel Preysler, confiesa en la revista: "Ya quisiera yo ser como mi madre. Es una mujer fuerte, con un sentido de la estética muy desarrollado. Aspirar a ello me ha vuelto más exigente". Sin embargo, Tamara no tiene problema con las críticas afirma tajante que: "Los que me critican deberían analizarse primero a sí mismos, porque todos somos víctimas de prejuicios que nos persiguen de por vida. Bueno, a mí, plin. ¿Quién no tiene sus limitaciones?, reconoce la socialité.
En cuanto a las críticas recibidas por su aumento de peso afirma: "El sobrepeso no es el estado ideal, pero eso no significa que deba esconderme ni avergonzarme". Otro de los motivos por los que la hija de Isabel Preysler también ha sido muy criticada es por su faceta más religiosa, a lo que Tamara responde: "Ahora tengo valores de los que carecía. Antes notaba un gran vacío". Además, con la gracia que le caracteriza asegura que: "Al leer los Diez Mandamientos, entendí que, si los hubiese practicado antes, no se habrían producido muchas disputas en casa", haciendo referencia al famoso clan.
Respecto al hecho de que todavía no se haya casado, como ya ha hecho su hermana Ana Boyer, confiesa: "Tengo más de 30 años, estoy soltera y no soy un bicho raro: no necesito compartir mi existencia con cualquiera para darle sentido a mi felicidad", además declara que: "Quiero segundos, minutos y horas porque son lo más importante que tenemos y lo más bonito que podemos entregar", aunque no tira la toalla de encontrar a su media naranja y defiende que: "Pienso que la vida sin amor no vale la pena. Lo ideal es encontrar a una pareja que te complete".