Si por algo gusta a los holandeses es por su naturalidad y espontaneidad. La reina Máxima muestra siempre una sonrisa expansiva que no pierde ni cuando algún incidente parece enturbiar el acto al que acude como el que protagonizó el pasado martes durante su visita a la Orquesta Real de Ámsterdam y uno de sus tacones quedó enganchado en la alfombra mientras se despedía de las autoridades.
Ni corta ni perezosa luchó para soltarse y siguió sonriendo consciente de que había sido la anécdota de la jornada. La reina escogió un bonito y favorecedor vestido rojo midi que combinó a la perfección con complementos en el mismo tono: unos pendientes grandes, muy de moda esta temporada, con un clutch a juego y unos preciosos zapatos estilo stiletto.
La reina Máxima se atasca con sus tacones
El día anterior Máxima, acompañada del rey Guillermo y la princesa Beatriz, había asistido al concierto del rey, luciendo un elegante y llamativo vestido colorido largo con estampados geométricos.