Los nervios están a flor de piel en la academia de Operación Triunfo. La última gala fue la más dura de la presente edición y eso se ha notado en las energías de los concursantes, que empiezan a flaquear de cara a la final. Después de que Alfred padeciera un ataque de ansiedad el lunes, ahora es Amaia la que se ha derrumbado.
La navarra se ha caracterizado por ser una de las concursantes más alegres. Nunca ha sido nominada por el jurado y sus actuaciones son las más esperadas de cada gala, lo que le ha añadido una presión extra que ha terminado convirtiéndose en angustia.
Unas dudas normales
Amaia, al igual que sus compañeros se ha desahogado con los Javis, que han notado que la cantante no se encontraba en su mejor momento anímico. La han encontrado al borde de las lágrimas: “No se como me encuentro, no sabría definirme, me agobio un poco con todo”.
Los profesores de interpretación intentaban indagar sobre los problemas de la pamplonica. Pensaban que había algo más que una simple angustia. Sin embargo, Amaia se ha querido defender: “No se muy bien como soy, son problemas que llevo teniendo desde antes de entrar aquí”. Unas dudas normales para una joven de 19 años que ha saltado rápidamente al estrellato por su buen hacer en el programa de TVE.