La actriz Carrie Fisher murió el año pasado, cuatro días después de protagonizar un episodio en un avión en el que se desmayó. Los médicos forenses que realizaron en su momento la autopsia, encontraron en su sistema sanguíneo restos de heroína, cocaína y éxtasis.
Pese a que no pudieron determinar cómo afectaron esas drogas al cuerpo de la actriz, este lunes sea publicado un informe en el que se explica que Fisher pudo haber tomado cocaína tres días antes del vuelo del 23 de diciembre en el que enfermó.
Los forenses también encontraron restos de heroína y MDMA, popularmente conocido como éxtasis. Los funcionarios dictaminaron que la protagonista de Star Wars murió de apnea del sueño y una combinación de otros factores, pero ahora podría desarrollarse la teoría de que el abuso de estupefacientes la llevaron a la muerte, aunque no fuera por sobredosis.