La Vall d'Aran es una de las zonas de Cataluña más conocidas por los amantes de la naturaleza. Especialmente durante el invierno, este espacio natural es uno de los lugares más frecuentados para la practica del esquí. No obstante, es importante conocer que además de por su destacado atractivo natural, la Vall d'Aran también dispone de una vertiente cultural que merece ser descubierta.
En el apartado arquitectónico hay que destacar la ruta románica. Esta es una selección de construcciones que permite descubrir la esencia y el legado histórico de este espacio a través de uno de sus itinerarios más desconocidos.
Una ruta por un total de quince iglesias
Si por algo destaca la Vall d'Aran es por la cantidad de iglesias que se encuentran por toda su extensión. Estas construcciones se levantaron durante los siglos IX y XIII, motivadas por el ciclo de expansión económica que emergió en esta zona durante esta época. Actualmente, la mayoría de las quince iglesias que tienen presencia en los diferentes pueblos que componen la zona se encuentran en perfecto estado de conservación, gracias especialmente a que la mayoría de ellas fueron rehabilitadas durante los siglos posteriores.
La gran parte de estas iglesias permiten su acceso durante todo el año, no obstante, algunas de ellas únicamente abren en determinadas épocas, con el objetivo de conservarlas durante el mayor tiempo posible en mejor estado. Estas son algunas de las más destacadas.
Iglesia de Santa María de Arties
Además de por su aspecto exterior, la visita a la iglesia de Santa María de Arties es especialmente recomendada por la belleza que transmite su interior, gracias a las pinturas góticas y renacentistas que asumen el protagonismo del espacio. Todas estas pinturas tienen el objetivo de representar diferentes escenas que tienen lugar en la Biblia, y su salón interior está considerado uno de los más reconocidos del panorama nacional.
En el apartado arquitectónico, la iglesia de Santa María de Arties es conocida por su fachada característica del románico lombardo. Inicialmente, el edificio contaba con tres naves semicirculares. No obstante, con el paso del tiempo el pabellón central fue sustituido por otra construcción de geometría rectangular, tal y como se encuentra actualmente.
Iglesia de San Andrés y el Cristo de Salardú
La Iglesia de San Andrés y el Cristo de Salardú es una de las construcciones más destacadas que se pueden visitar en el valle. El edificio se asienta sobre una iglesia románica que ha sido rehabilitada y mejorada en diferentes ocasiones, siendo una de ellas la instalación de la torre del campanario en el siglo XV. Como en el caso anterior, la construcción también contiene un total de tres naves de geometría semicircular.
En su interior, esta iglesia recoge un notable atractivo que provoca que esta sea una de las mejores opciones para visitar de entre todas las que existen en la Vall d'Aran. El Cristo de Salardú, uno de los ejemplares más importantes de la escultura catalana, ha sido realizado por completo en madera, recubierto de pintura por las dos caras de la misma. Su diseño es obra del taller de Erill la Vall y data del siglo XII.
Las pinturas románicas de la Iglesia de Santa Eulàlia
La Iglesia de Santa Eulàlia es una de las más conocidas de esta ruta, y uno de los motivos principales se puede encontrar en la presencia de las diferentes pinturas románicas originales de su interior, siendo la única iglesia del valle que todavía conserva este tipo de trabajos. Estas obras representan diferentes momentos de la vida de Cristo.
Lamentablemente esta iglesia es una de las peor conservadas, ya que fue una de las primeras construcciones en llevarse a cabo, concretamente en el siglo XII, y las reformas posteriores que sufrió su parte exterior no consiguieron recuperar su esencia original.
Iglesia de la Purificación
Para concluir la ruta, una de las paradas que siempre merece la pena realizar es la Iglesia de la Purificación. Se construyó en el mismo siglo que la anterior y por los detalles que presenta pertenece al movimiento románico aranés.
En la parte central de su interior se puede disfrutar de un mural que representa la escena de la Epifanía, uno de sus principales atractivos junto con la torre del campanario, que se alza a cuatro alturas.