De origen keniata, Eliud Kipchoge se ha convertido en los últimos años en una de las grandes figuras del atletismo mundial. El hombre que actualmente posee el récord del mundo de maratón, con una marca de 2:01:9 en el famoso maratón de Berlín, se propuso el pasado 12 de octubre romper con uno de los mitos del deporte: correr la distancia de un maratón (42.195 metros) por debajo de las dos horas. Un ritmo de carrera que le llevaría a interiorizar una velocidad aproximada de 21.3 kilómetros por hora. Una cifra, hasta ese día, nunca alcanzada.
Esta era la segunda vez que el atleta se enfrentaba a este desafío. El primero de ellos, de la mano de Nike y bautizado como Breaking2, acompañado de otros dos atletas de la firma de Oregón y de una gran cantidad de liebres (atletas que le ayudaban a mantener un determinado ritmo en carrera) que se turnaban por equipos durante todo el recorrido, celebrado en la localidad italiana de Monza.
Breaking2, el inicio de todo
Eliud Kipchoge es, actualmente, uno de los atletas más importantes para Nike. Además de su principal embajador en el ámbito del atletismo. Aprovechándose del buen estado de forma del deportista, y del lanzamiento de una nueva gama de productos de la que hablaremos más adelante, la firma de Oregon fue la primera en intentar romper la barrera de las dos horas. Fue el 6 de mayo del año 2017 y se trató de abordar con tres de los atletas más potentes del mundo: Zersenay Tadese, Lelisa Desisa y, cómo no, Eliud Kipchoge.
Para la realización de la prueba se cerró el aedrónomo de Monza y fueron los tres atletas los que, en base a una estrategia definida previamente y con diferentes ayudas a lo largo de toda la carrera, como un coche que iba marcando el ritmo y hacía de pantalla para restar al máximo las cortinas de aire y un equipo de liebres especialmente seleccionados para la ocasión, iniciaron el asalto hacia su objetivo. Un objetivo que se quedó a tan solo 26 segundos de poder materializarse, cuando Eliud Kipchoge, el primero de los atletas en cruzar la meta, paró el cronómetro en 2:00:26. Una cifra jamás conseguida hasta ese momento, pero insuficiente para los organizadores, y para el propio corredor.
Ineos 1:59 Challenge
Fue el pasado 12 de octubre cuando, de la mano de la firma británica INEOS, el atletismo volvía a centrar su atención sobre Eliud Kipchoge. El escenario escogido fue el parque del Prater austriaco, en un circuito de 9,6 kilómetros, rodeado de árboles que protegían al corredor del viento y protagonizado por una larga recta que permitía que los atletas no tuvieran apenas que que modificar su ritmo en ningún momento del trayecto, únicamente para acometer pronunciada curva situada en uno de los extremos. Sin embargo, esta vez estaba todo estudiado. Hasta las décimas de segundo que Kipchogue iba a perder escogiendo la mejor trazada en ese tramo.
En esta ocasión, solo había un nombre sobre la mesa, al contrario que en el Breaking2. Eliud Kipchoge era el atleta sobre el que se había depositado toda la confianza. Le acompañaron a lo largo de todo su recorrido un total de 41 liebres que se iban turnando por equipos, y que corrían con una formación especialmente estudiada en forma de flecha invertida, con el objetivo de evitar al máximo que Kipchogue pudiera tener cualquier tipo de problema con el viento. Además, también había dos liebres que se situaban justo detrás del atleta, con el objetivo de que Kipchogue tuviera en todo momento la sensación de ir perseguido por sus rivales.
Nike Alphafly
Pese a que este año no era Nike la firma que había organizado el evento, el día de la carrera se demostró lo que era un secreto a voces: el trabajo que la compañía estaba realizando en sus laboratorios para preparase para tal evento.
Las Nike AlphaFly, sucesoras de las actuales Vaporfly Next %, fueron las zapatillas que se presentaron en sociedad horas antes al inicio de la carrera. Cuatro cápsulas de Nike Zoom, la amortiguación más reactiva de la compañía, situadas en la zona del metatarso que permiten al atleta una mayor eficiencia en cada aterrizaje. Una mediasuela elaborada con espuma Zoom X, característica por la suavidad y el retorno de energía que ofrece en cada pisada. Tres placas de carbono en el interior de ésta, que cumplen el objetivo de impulsar el pie al máximo, para que su contacto con el suelo sea inferior. Y una parte superior completamente revolucionada, de la que todavía se conocen muchos detalles, pero que cambia por completo respecto a la todas las mallas con las que Nike está trabajando en la actualidad. En definitiva, una silueta hecha por y para el récord.
Una silueta del futuro
Las dudas en torno al dopaje tecnológico han aterrizado en el atletismo del mismo modo que lo hicieron en otros deportes, como el ciclismo. El artículo 143.2 de la Federación Internacional de Atletismo reza lo siguiente "Unas zapatillas no deben estar contruídas de modo que proporcionen a un atleta una ayuda o una ventaja injusta".
La combinación de todas las características explicadas anteriormente, dan como resultado una mejora en el rendimiento del atleta de entre un 4 y un 6%, según diversos estudios. Una ayuda que, a espera del manifiesto de la IAFF, podría ser superior a la considerada aceptada para competir en carrera oficial. La Federación Internacional de Atletismo lleva varios meses estudiando la Nike Vaporfly Next%, la misma que utilizaron las liebres durante el INEOS 1:59, especialmente como consecuencia de la cantidad de récords que se están batiendo desde que la firma del Swoosh lanzara al mercado este tipo de producto. Sin embargo, todavía no ha habido ningún organismo oficial que se pronuncie al respecto.
La revolución Vaporfly
El Breaking2 sirvió para presentar las Nike Vaporfly 4%, una silueta que prometía ahorrar un 4% de eficiencia energética a los corredores de todo el mundo. Este mismo año, dos años más tarde, la firma presentó la evolución de la misma, bautizada como NEXT%. Una mejora de la silueta anterior y que en esta ocasión llevaron todas las liebres de Kipchoge en un característico tono rosa en honor a la ciudad de Berlín.
Durante estos últimos dos años, las Vaporfly han sido la silueta que mayor protagonismo han tenido en todos los maratones y carreras que se han celebrado a lo largo de todo el planeta. La más reciente, el caso de la keniata Brigid Kosegi, un día después del INEOS 1:59, cuando conseguía el récord del mundo de Maratón en Chicago con ellas en sus pies. Una marca que llevaba más de 13 años vigente.
¿Dopaje tecnológico?
La realidad es que nadie sabe, todavía hoy, responder a esa cuestión con los argumentos necesarios. Sin embargo, tras la consecución del récord de Brigid Kosegi, y la expectación que estas zapatillas están generando, ha sido la propia IAAF el organismo que ha manifestado que van a estudiar a fondo las mismas, con el objetivo de dictar sentencia sobre su legalidad.
En cualquier caso, la irrupción de Nike en el atletismo en los útimos dos años es innegable. Un ámbito en el que hasta este momento la marca no era considerada una de las referencias, pero que tras la irrupción de esta nueva tecnología toda la industria parece haber marcado un antes y un después de la escena. Una evolución en la que solo existe un ganador: el atleta.