Históricamente, los Caminos de Ronda tienen su origen en la necesidad del estado de vigilar los contrabandos que llegaban a la Costa Brava por medio del mar. A posteriori, fueron utilizados por los propios pescadores que frecuentaban esta zona con el objetivo de ahorrar tiempo a la hora de desplazarse entre las calas y diferentes espacios de pesca que solían frecuentar en su día a día.

Sin embargo, actualmente estos caminos se han posicionado como una de las vías más frecuentes para disfrutar al máximo de los entornos espectaculares que podemos encontrarnos a lo largo de los 130 kilómetros que conforma la extensión de esta zona de Cataluña. A continuación, algunos de los mejores Caminos de Ronda que podemos encontrar.

Camino de Ronda de Lloret de Mar

Lloret de Mar es una de las localidades más conocidas de la Costa Brava, pero también uno de los principales puntos turísticos de toda la comunidad de Cataluña. Los Caminos de Ronda que encontramos en su interior se caracterizan por la belleza de los paisajes que deja a su paso, en los que las aguas cristalinas, la vegetación y los incipientes acantilados centran toda la atención.

Playa de Lloret de Mar / PIXABAY

Playa de Lloret de Mar / PIXABAY

Uno de los más populares es el que comienza en Sa Caleta, una de las playas más conocidas de la localidad. Este lugar adquiere un aire especial gracias a que todavía conserva su esencia pesquera, con diferentes barcas de pesca y pescadores yendo a trabajar cada día a ella. El camino comienza en el castillo y alcanza la Cala dels Frares y, pese a que es algo exigente a nivel físico, las vistas que ofrece provocan que bien merezca la pena este esfuerzo. 

De Sant Feliu de Guíxols a S'Agaró

El camino que empieza en Sant Feliu de Guíxols es uno de los más concurridos, especialmente como consecuencia de los paisajes que alberga. Una de las opciones es empezarlo en Cala Jonca, debido a su proximidad con la cala de El Molí. La esencia de este camino hace que podamos disfrutar de una vía entre acantilados que nos regalará una estampa única, especialmente recomendada para todos los amantes de la aventura y de la naturaleza.

Una vez superado este tramo, a lo largo del recorrido podremos ir disfrutando de la belleza arquitectónica del lugar, con lujosas villas y casas de gran tamaño de orígenes modernistas que enamorarán a cualquiera. Además, también llaman la atención los diferentes acantilados que iremos recorriendo a nuestro paso. 

Playa de la Foca hasta la playa del Castillo

La localidad de Palamós es el escenario de lujo sobre el que se desarrolla este camino. Este es uno de los más transitados de todos los nombrados hasta ahora, especialmente como consecuencia de su bajo nivel de exigencia física. Tiene una extensión de poco más de 6 kilómetros, la mayoría de ellos sin tener que afrontar ningún tipo de desnivel. 

El camino parte de la playa de la Fosca, uno de los lugares más conocidos de la localidad de Palamós. Poco después llegaremos a La Pineda d'en Gori, un espacio de más de 30.000 metros cuadrados de naturaleza que se ha convertido en uno de los principales atractivos de este recorrido. Un lugar perfecto al que parar a comer un picnic y disfrutar de uno de los entornos naturales más impresionantes de la zona. La última parada será la de Cala Castell, muy próxima a la zona en la que se encuentran los restos de un antiguo poblado Ibérico del siglo VI, cuya visita es toda una experiencia.

De Torre Valentina a Cala Belladona

Uno de los principales atractivos con los que cuenta el trayecto que une las localidades de Sant Antoni de Calonge y Platja d'Aro son los arrecifes que se ubican en la cala de la Roca del Paller, en mitad del recorrido que separa ambos puntos. Este Camino de Ronda está especialmente preparado para poder completarlo sin problemas sin importar el aspecto físico, gracias a las barandillas que podremos encontrar en algunos de los puntos que presentan mayor dificultad o la presencia de escaleras en determinados puntos del tramo. 

El camino termina en la cala Belladona de Platja d'Aro, una de las más bonitas de la zona y uno de los pocos espacios en los que todavía podemos disfrutar de una gran tranquilidad, independientemente de la época del año.