Debido a la falta de comunicación, que en gran parte se debe a los tabúes que rodean al sexo, muchas parejas o personas que se acuestan solo una vez no acaban de disfrutar en la cama todo lo que les gustaría, lo que supone una gran decepción en muchos casos.

Por ello, los estudios relacionados con el sexo generan un gran interés tanto entre el género masculino como el femenino, que recurren a la estadística para saber qué es lo que desea su pareja o su futuro acompañante de cama.

Las posturas sexuales favoritas

Según un estudio elaborado por Dr.Ed.com, a partir de una encuesta realizada a más de 2.000 personas estadounidenses y británicas sobre su postura sexual favorita, tanto hombres como mujeres coincidieron en el resultado: la posición del perrito es la mejor.

Asimismo, el estudio también revela que esta es la posición preferida por las mujeres en España. De esta manera, la pregunta es casi obligada: ¿por qué resulta tan placentera esta postura entre las mujeres?

Postura perrito

Control de la penetración

Según diversos especialistas, la posición del perrito permite a la mujer controlar la intensidad de la penetración. Así, en caso de desear una sensación fuerte, puede dejarse llevar o incluso curvar la espalda y empujar la pelvis hacia abajo, para así percibirlo con mayor intensidad. Además, esta postura permite a la mujer tocarse ella misma el clítoris de forma cómoda, o también puede hacerlo el hombre en caso de saber controlar la situación. En muchos casos esta es una de las pocas posiciones en la cama que permiten llegar al ansiado punto G de la mujer.

Por su parte, los hombres pueden controlar la intensidad, ritmo, aceleración y velocidad de la penetración con esta postura de forma sencilla. Muchos sexólogos recomiendan esta posición en caso de notar que se está perdiendo la erección, pero al mismo tiempo advierten de que puede provocar una eyaculación precoz debido al placer que produce en muchos varones. 

La vaquera frente al misionero

Sin embargo, como es bien sabido, las preferencias de hombres y mujeres no siempre coinciden en la cama. Según el estudio ya citado, los hombres tienen como segunda posición favorita la vaquera (ella encima), mientras que las mujeres prefieren el clásico misionero.

No obstante, los expertos remarcan que no todo debe centrarse en la penetración. El momento previo a consumar el acto carnal, más conocido como preliminares, pueden hacerte salir victorioso o victoriosa de ese encuentro que tanto tiempo llevabas anhelando. Y es que, como bien dice el refrán, no todo va a ser llegar y besar el Santo. 

La importancia de los preliminares

Los preliminares implican currárselo y más si se pretende que la experiencia sexual sea satisfactoria o, al menos, se intente. Tirar de imaginación y tener unas buenas habilidades manuales pueden hacerte sumar muchos puntos para que, incluso, exista una segunda oportunidad. 

Cabe destacar que, en la mayoría de los casos, el uso de lubricantes, juguetes sexuales y juegos eróticos facilitarían una mayor predisposición a la cópula, una mayor sensación de deseo, así como una mayor lubricación. Algo fundamental y que aumenta la calidad del orgasmo tanto en tiempo como en intensidad.

Conocer el cuerpo 

No cabe duda, la experiencia es un grado y 50 sombras de Grey marcó un antes y un después en el mundo del sexo. Mordiscos, masajes, sexo oral e incluso la creación de una buena "zona de control" mediante el uso de anudaciones con cinturones o corbatas son tan solo algunos de los elementos que deberás tener en cuenta a partir de ahora. 

De la misma forma, es muy importante tener localizados los puntos de mayor excitación en la anatomía femenina y masculina. La extrema sensibilidad que se produce en las zonas erógenas, es decir, las partes de cuerpo --orejas, cuello, pezones-- donde existe una mayor acumulación de las terminaciones nerviosas, están estrechamente vinculadas con la capacidad de alcanzar el orgasmo.

Punto G

En este sentido, sexólogos de todo el mundo aseguran que es posible llegar al éxtasis tan solo con una buena estimulación de estas partes del cuertpo. Con todo, es importante recordar que el famoso punto G, de la mujer se encuentra en el clítoris. En concreto, muy cerca de la entrada de la cavidad vaginal, mientras que en el hombre se encuentra en la parte más interior del recto, también conocido como conducto anal. 

De este modo, raramente una mujer experimentará una sensación de placer al ser penetrada de forma anal, algo que sí que ocurre en el cuerpo masculino, siempre y cuando el grado de lubricación y excitación sea el adecuado. De hecho, cada vez son más los hombres que reconocen haberse adentrado a explorar su punto G mediante la realización de un tacto rectal o el uso de juguetes eróticos.