Menú Buscar
Pásate al modo ahorro
Las toallas son los objetos que se llevan los huéspedes de los hoteles / Denny Muller en UNSPLASH

¡A la maleta! Los objetos que más se llevan los clientes de los hoteles a sus casas

Desde el clásico e inocente artículo de baño a la televisión de la habitación

Victoria Herrero
7 min

Aprovechar la estancia en un hotel para llevarse a casa algún que otro pequeño recuerdo; hay clientes de alojamientos que no lo pueden resistir y meten en la maleta uno o varios objetos de la habitación donde han pasado la noche. Claro está, no es lo mismo llevarse a casa un botecito de champú o cosmético que forma parte de los amenities (o artículos de cortesía y de bienvenida que ofrece al hotel), que otro más voluminoso y que ya podría ser considerado como un robo en toda regla. 

Según un estudio realizado por la página web de hoteles Hotels.com casi tres de cada cuatro huéspedes preguntados para esta encuesta admiten que alguna que otra vez en su estancia en un hotel se han llevado a casa algún "souvenir" sin importancia. Un estudio que da pie, entonces, para conocer cuáles son los artículos más codiciados a la hora de meterlos en la bolsa de viaje de regreso al domicilio. 

Imagen de uno de los numerosos hoteles donde se roban objetos / Dondemarten BorjK en UNSPLASH
Imagen de uno de los numerosos hoteles donde se roban objetos / Dondemarten BorjK en UNSPLASH

No todos los objetos se pueden llevar

No pasa nada si se trata de pequeños artículos como los que se encuentran para el baño y la higiene personal (champú, acondicionador, gel de baño, loción corporal, cepillo, pasta de dientes o peine), los de limpieza de prendas de ropa como los accesorios para limpiar los zapatos o bolsas de plástico para depositar la ropa sucia o artículos de papelería como bolígrafos, lápices y blocs de notas. En ese caso se trata de objetos que se renuevan cada vez que entra un nuevo huésped a esa habitación; además de que están concebidos para que se lleven a modo de recuerdo. 

Lo mismo sucede con la comida o snack de cortesía que se deja en el cuarto a modo de bienvenida. En este caso si sobra algo uno se lo puede llevar sin cargo de conciencia ya que se incluyen en el precio que se ha pagado por esa estancia. Eso sí, conviene no confundir ese pequeño aperitivo con los productos que hay en el mini bar. Esos no son gratuitos y todo lo que se consuma o se beba deberá abonarse aparte del precio de la habitación una vez se deje esta y se haga el check-out.

¿Qué es lo que más se roba?

A la par que esa misma encuesta realizada por esa página web, la compañía de hoteles de lujo y spa Welness Heaven ha publicado sus propios datos acerca de lo que más se roba, especialmente en los espacios más exclusivos y con más estrellas. Un estudio que llevaron a cabo en más de un millar de establecimientos de categoría superior y donde destacaban sobre todo toallas, albornoces, perchas, cubiertos y cosméticos como los objetos que más desaparecían de sus hoteles.

Tras estos, en esa encuesta hay artículos de lo más curiosos y para todos los gustos: desde pilas, pasando por obras de arte, mandos a distancia, bombillas o secadores de pelo. Incluso los hay que no tenían problema alguno en hacer acopio de televisores, lámparas, teléfonos o hasta el mismo colchón donde habían pasado las noches previas. Eso sí, en este último caso se suele aprovechar la complicidad de la nocturnidad (y el parking) para hacerlo. 

Situaciones insólitas

En esta misma encuesta hay incluso hueco para algunos de los robos más curiosos que se han cometido tras pernoctar en un hotel. Así, en un establecimiento de Berlín, a unos clientes no se les ocurrió otra idea que llevarse un lavabo, un inodoro y parte de la ducha de ese cuarto de baño que habían usado.

Otro hotel de Italia descubrió que se habían llevado a casa los números de la habitación que se suelen colocar al lado de la puerta; mientras que en otro alojamiento hotelero, en este caso en suelo francés, un huésped fue pillado in fraganti cuando intentaba meter en el coche una cabeza de jabalí que formaba parte de la decoración de la habitación. 

¿Son hurtos sin importancia?

Ni que decir tiene que no es lo mismo llevarse un cepillo de dientes de plástico que la cafetera que hay en la habitación para ponerse un café nada más levantarse y antes de bajar a desayunar al buffet. Y es que, en ocasiones, ese afán por la cleptomanía puede salir caro al huésped y no merece la pena por las consecuencias legales que pueda tener si se les pilla con algo que no es suyo y tiene un valor considerable.

Así, por ejemplo, incluso si se trata de un albornoz el castigo penal (de 1 a 3 meses) puede ser pagar una multa que puede ir de los 2 a los 400 euros diarios. Esto cuando el objeto que se ha llevado a casa es algo más que un artículo de baño y no supera los 400 euros de valor. Pero, en el caso por ejemplo de un televisor cuyo coste exceda de esa cantidad, la situación se pone más seria para el ladrón ya que la sanción por un delito de hurto se tipifica con una pena de prisión de entre 6 y 18 meses.