Este verano, concretamente el 25 de julio, se cumplen 27 años desde que se celebraran los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, considerados por muchos como uno de las mejores de la historia.
Ahora, tras la llegada de José Luis Martínez-Almeida a la alcaldía de Madrid, la capital resucita el sueño de ser la segunda urbe española, tras Barcelona, en albergar esta competición. Así lo recogía en su portada el diario ABC, que indica que desde el consistorio madrileño están en conversaciones para “traer los Juegos Olímpicos de 2032” a la capital española.
Cuatro convocatorias perdidas
La historia precedente no es nada halagüeña: cuatro intentos fallidos, algunos bastante estrepitosos, como la presentación para los Juegos Olímpicos de 2020, cuando la por entonces alcaldesa Ana Botella realizó una más que polémica presentación, poniendo en alza aquel "relaxing cup of café con leche", que quedaría para la posteridad. En aquel momento, Madrid abandonaba el sueño olímpico y ahora todo parece indicar que la intención del nuevo alcalde de la ciudad es presentar su candidatura en el año 2021.
La capital tendrá ante sí una meta que será muy complicada de superar si finalmente el Comité Olímpico Internacional (COI) le concede la oportunidad. Lo que es seguro es que Madrid puede encontrar en los Juegos Olímpicos de Barcelna 1992 un gran referente, con momentos irrepetibles de los que siempre estarán en la memoria de todos los españoles.
Un flechazo para la historia
Unos de los recuerdos más emblemáticos que vienen a la memoria cuando se habla de los Juegos Olímpicos de Barcelona '92 es la épica ceremonia de inauguración. En ella, el Estadio Olímpico de Montjuïc recibía al mundo con un gran "Hola", un saludo muy simbólico para un país y una ciudad que se abrían al mundo tras años de transformación urbanística.
Durante la ceremonia se llevaron a cabo actuaciones de grandes artistas españoles del momento, así como un recordado espectáculo de danza de la compañía catalana La Fura dels Baus. También es muy recordada la canción que sería el himno oficial, Barcelona, interpretada por Montserrat Caballé y Freddie Mercury, a pesar de que no pudieran cantarla en directo por la muerte del cantante de Queen unos meses antes. Sin embargo, el momento culminante de la ceremonia fue ese lanzamiento de flecha del atleta paralímpico Antonio Rebollo. Una flecha con la llama olímpica que terminó por encender el pebetero y, con ello, todas las emociones de los participantes y espectadores.
Los mejores JJ.OO. para los españoles
Aquella cita olímpica fue también la constatación de que el deporte empezaba a cobrar gran importancia en el país. Los deportistas que compitieron en este evento lograron situar a España en el puesto número seis del ranking de medallas, algo que todavía no ha superado en ninguna de las posteriores ediciones.
Trece medallas de oro, siete de plata y dos de bronce (22 preseas en total) entre las que destacan los oros conseguidos por Fermín Cacho en la prueba de 1.500 metros, el oro de José Manuel Moreno en ciclismo (concretamente en la prueba de contrarreloj de un kilómetro) o el oro en natación en 200 metros espalda que conquistó Martín López-Zubero. También muy icónica fue la que conquistó la selección de fútbol sub-23, con nombres que luego harían historia de este deporte, como Cañizares, Luis Enrique, Pep Guardiola o Kiko Narváez, o la de la pareja de doble femenino que logró la medalla plata en tenis formada por Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez.
Una ciudad abierta al mundo
Por último, cabe destacar la apertura internacional de Barcelona al resto del mundo y como supo integrar cada una de las disciplinas para que lucieran como nunca. Para el recuerdo quedan los saltos de plataforma desde la piscina de Montjuïc, una ubicación privilegiada que permitía disfrutar de una panorámica de la ciudad de fondo.
Pero lo más importante que dejó Barcelona 1992 fue una reestructuración de la ciudad que la convertiría en un referente internacional. Una ciudad abierta y cosmopolita que introducía a España en una nueva etapa de su historia.