No existen límites en lo que a la sexualidad humana se refiere. La diversidad de los gustos de los seres humanos en este campo atiende a diversos y complejos factores bioquímicos y psicológicos que van más allá de lo socialmente establecido. Por este motivo, es frecuente descubrir constantemente nuevas parafilias que, en un principio, pueden ser consideradas como un fetichismo pero que, en realidad, son más comunes y populares de lo que se piensa. Es el caso, por ejemplo, de la macrofilia.
Se trata de una inexplicable atracción sexual hacia mujeres enormes, casi gigantescas, capaces de destrozar todo a su paso. De hecho, el empoderamiento de estas féminas es el rasgo más atrayente de esta parafilia, que en los últimos años se ha destapado como una tendencia de búsqueda bastante habitual.
Escena de una película macrofílica / PINTEREST
Se disparan los demandantes
En el mundo del consumo de contenidos pornográficos se le conoce como giantess. De hecho, fue el conocido portal de contenidos para adultos PornHub quien dio a conocer el auge de esta tendencia con un informe publicado en el año 2016 que reflejaba el crecimiento en las búsquedas de estos vídeos un 354% con respecto al año anterior solo en Reino Unido.
Pero la macrofilia no es solo cosa del porno. En las redes sociales han surgido auténticas comunidades que comparten contenidos dedicados a esta parafilia, en las que debaten aquellos hombres que experimentan deseo sexual hacia mujeres gigantes. De hecho, solo en Instagram existen más de 110.000 publicaciones relacionadas con la macrofilia al filtrar la búsqueda por el hashtag #giantess.
Según apuntan algunos expertos que llevan años investigando el aumento de seguidores de esta tendencia desde el punto de vista sociológico. Alegan a internet y a la libertad de distribuir todo tipo de contenidos las razones que justifican que la macrofilia esté en alza.
