Los fans del inspector Gadget recuerdan que el particular detective privado recibía sus misiones en unos de mensajes que se autodestruían en cinco segundos. Pues bien, un municipio de Cataluña ha decidido hacer algo similar con su pista de hielo. Eso sí, da más tiempo de margen.
Desde hace unos años, todo municipio que se precie ha decidido tener una pista de hielo para sus vecinos y visitantes por las fiestas de Navidad. Premià de Dalt no es menos y ha decidido instalar la suya sin dejar de apostar por la sostenibilidad.
La pista de la unión
La Fábrica aloja de nuevo esta atracción Navidad para que las familias y los más pequeños disfruten por las fiestas. Pero esta vez, el ayuntamiento ha querido demostrar su compromiso con la sostenibilidad.
El alcalde de Premià de Dalt, Josep Triadó, defiende que no se trata de un gasto y atracción feria. "Es más que una pista de hielo; es un elemento cívico sostenible que busca fortalecer nuestra comunidad", sostiene.
Descuentos
Para el político, instalaciones como esta dinamizan el municipio, también fomentan el comercio local, atrae a gente de fuera y ayuda a generar afección. Un papel importante a nivel económico es el hecho de que las tiendas de Premià ofrecen descuentos para el uso de la pista de hielo.
Pero hay mucho más. Todos los escolares del municipio tienen acceso gratuito a esta experiencia invernal. Con esta iniciativa, el Ayuntamiento busca no solo proporcionar entretenimiento, sino también promover el espíritu comunitario y la colaboración.
Sostenibilidad y destrucción
Por último, está el factor sostenible. En tiempos de sequía, el ayuntamiento ha apostatado por las aguas freáticas de un pozo de La Cisa para la fabricación del hielo. Y al acabar, el 7 de enero, todo esto "se triturará y se devolverá a su lugar de origen”.
Con esta iniciativa, Premià demuestra que puede conseguir la cuadratura perfecta del círculo: ofrecer entretenimiento, impulsar la economía local y ser respetuoso con el medioambiente.