Las capacidades cognitivas, aquellas habilidades por las que el cerebro nos permite aprender, prestar atención, razonar... se deterioran, como todo con la edad. La buena noticia es que se pueden ejercitar, se pueden entrenar.
En este sentido, un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Finlandia Oriental, la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y la ETH Zürich (Suiza) se propuso explorar los efectos inmediatos de tres ejercicios aeróbicos distintos de alta exigencia cognitiva sobre la cognición y las respuestas biológicas relacionadas en adultos mayores sanos.
Golf, senderismo, marcha nórdica
Las conclusiones del estudio, que contó con la participación de 25 mayores de 65 años, son las siguientes: jugar una sola partida de golf de 18 hoyos o completar 6 kilómetros de marcha nórdica o marcha regular puede mejorar significativamente la función cognitiva inmediata en personas mayores, según la investigación, publicada en BMJ Open Sport & Exercise Medicine.
La función cognitiva se evaluó mediante las pruebas Trail-Making Test (TMT) A y B, una herramienta ampliamente utilizada para evaluar la función cognitiva en adultos mayores. La prueba TMT-A mide funciones cognitivas inferiores, como la atención y la velocidad de procesamiento, mientras que la prueba TMT-B mide funciones ejecutivas más exigentes, como la capacidad de cambiar de tarea.
Beneficios evidentes
Además, se recogieron muestras de sangre para medir los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y la catepsina B (CTSB). Se ha sugerido que ambos reflejan los beneficios del ejercicio en el cerebro.
Los participantes también llevaban dispositivos de control de la forma física para registrar datos específicos del ejercicio como la distancia, la duración, el ritmo, el gasto energético y los pasos. Para controlar la frecuencia cardiaca se utilizó un sensor de ECG con una banda pectoral.
Investigaciones anteriores
El estudio demostró que una sola sesión de cualquiera de los tres ejercicios mejoraba las funciones cognitivas inferiores medidas con la prueba TMT-A en adultos mayores, aunque no se observaron efectos significativos en los niveles de BDNF y CTSB. Además, la marcha nórdica y la marcha regular se asociaron con una mejora de las funciones ejecutivas medidas con la prueba TMT-B.
Investigaciones anteriores han indicado los posibles beneficios cognitivos de los episodios agudos de ejercicio aeróbico, con factores como la intensidad, la duración y el tipo de ejercicio que influyen en el grado de mejora.