En la Costa Brava no todo son playas idílicas, pueblos encantadores y gastronomía exquisita. Hay rincones de esta zona de Girona oscuras, misteriosas, menos turísticas y mucho más ocultas para el gran público.
Uno de estos espacios son los conocidos humedales de Pals o el lago de Pals. En medio de los arrozales típicos de la zona hay una historia oculta, una leyenda urbana que mezcla aullidos, gritos y algo de fenómenos paranormales.
Un rincón especial
El lugar es propicio para todo tipo de historias de estas. Está en una pequeña colina, tras superar matojos, zarzales y todo tipo de vegetación hostil. Un lugar al que casi nadie se acerca. ¿Por su dificultad de acceso? ¿Por su escaso atractivo? ¿Por lo que cuentan?
El hecho es que sólo suelen pasar por allí cazadores y algún turista o explorador despistado. A veces, incluso los amantes del misterio, como diría el presentador de Cuarto Milenio, Iker Jiménez. ¿Por qué?
Monstruos y otros animales
Los que se han atrevido o en su día pasaron por allí dicen haber escuchado un aullido, otros dicen que un grito cuyo origen es totalmente desconocido. A pesar de que los más sensatos no dejan de decir que seguramente vengan de algún animal de la zona, pocas veces se ha correspondido con la presencia del algún ser. Al menos de un ser que tenga consistencia física evidente.
He allí la razón que ha dado lugar a todo tipo de especulaciones sobre la procedencia de este sonido. En este caso, apuestan por la figura de un animal, sí, pero como su sonido no es reconocible ni similar a ninguno ya conocido creen que puede tratarse de una especie prehistórica, milenaria y también temible que ha sobrevivido al paso de los siglos.
Gemelos y espíritus
Otros apuestan a que se trata de una especie de gemelo del monstruo del lago de Banyoles. Se trataría de un dragón oculto en sus aguas. Los más dramáticos sostienen que este dragón, desanimado, triste por la soledad en la que vive, deja salir este sonido de lamento.
Por último, está la teoría más espiritual, que no mística. Aquella que sostiene que esos aullidos son en realidad gritos de un espíritu. Una persona, tal vez un arrocero, que hace tiempo falleció en ese lago y cuya alma se ha quedado allí atrapada.
Última versión
Teorías hay muchas, muy variadas y no se descartan que pueda haber más variantes. Hay, en cambio, quien prefiere ponerle algo más de materialidad o menos magia al asunto.
El aullido, los gritos, el espíritu puede que no sea más que el viento al pasar entre los arrozales, zarzas, y todo tipo de plantas que se elevan por encima de estos humedales y que llegan a esta colina con este peculiar sonido. ¿Cuál prefieren creer?