No es un tópico es una realidad. Beget está detenido en el tiempo. Concretamente en el medievo. Esto lo hace entrar en cada año en la lista de los pueblos más bonitos, no de Cataluña, de toda España.

Sorprende que un municipio como este, en medio de los Pirineos, rodeado de una naturaleza apabullante y con río que le insufla vida, esté tan poco poblado. Apenas alcanzan los 30 habitantes, pero eso no quita que haya muchos más visitantes que pasen a verlo a diario.

Origen 

Atrás ha quedado 1860, cuando esta población de la Alta Garrotxa tuvo 1.300 personas censadas. De entonces, y de mucho tiempo atrás queda su poderosa historia.

Las piedras que dan forma a sus calles se elevan hacia las casas compuestas de madera y piedra picada. Construcciones robustas para enfrentar los fríos inviernos desde antes del siglo X.

Beget

Patrimonio 

La iglesia de San Cristóbal data de esos tiempos. Esta edificación, un claro ejemplo del románico prepirenaico, guarda un tesoro en su interior: la Majestad del retablo del altar mayor, una obra de arte que ve pasar los años desde el siglo XII.

Este templo de culto resalta por su torre campanario que mide 22 metros de altura, en total cuatro pisos desde los que se puede contemplar casi todo el pueblo. Todas estas joyas están protegidas, de hecho, está incluido en el inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.

Respirar paz

Dar una vuelta por el pueblo es fácil y rápido. Apenas cuenta con tres calles, pero tan llenas de encanto que uno desea quedarse allí para gozar de la paz y tranquilidad cobijado por la naturaleza.

Quien quiera quedarse allí tiene hasta dos hostales que acogen al visitante que tenga ganas de un poco de relax y conectar con un entorno privilegiado.

Beget

Entorno 

Dos ríos cruzan el pueblo a pesar de su reducida extensión. Dos ríos que obligaron a construir dos puentes que son directamente, vestigios arquitectónicos de suma belleza. Desde allí, se puede acceder a la cascada de Roca de Finestres, un impresionante salto de agua, que hace las delicias de los amantes del senderismo.

Si uno quiere seguir explorando, debe perderse por las callejuelas estrechas. Por allí se encontrará con plazas que se abren a lugares clave de la época medieval, la iglesia, las fuentes, el horno, la torre del reloj…

Cómo llegar

Más allá de sus límites, queda todo. Para empezar, la ermita del Remei, más conocida como la capelleta, por sus pequeñas dimensiones. Se trata de una reducida edificación de los siglos XVII y XVIII que se encuentra en la carretera entre Oix y Beget (Girona).

Llegar hasta allí es menos difícil de lo que uno piensa. Si se sale de Barcelona, se trata de seguir la C-17 y desviarse hacia la C-38 al llegar a Ripoll. Una vez pasado Camprodón, el visitante sólo debe salir por la GI-5223 siguiendo los indicadores que llevan a Beget.