Aprender distintos idiomas se ha convertido en una necesidad en la sociedad globalizada actual. Ya sea para viajar por el mundo, sumergirse en nuevas culturas o acceder a oportunidades laborales, dominar lenguas como el inglés, francés o alemán ha dejado de ser un simple plus, dado que cada vez más personas cuentan con competencias multilingües en sus currículums.
En general, los catalanes, al igual que el resto de españoles, comenzamos a estudiar inglés desde una edad temprana, ya que este idioma es uno de los más hablados en el mundo, con estatus oficial o cooficial en 58 naciones. Además, goza de una fuerte presencia en las principales economías mundiales, a excepción de Japón, aunque en ese país también se utiliza con frecuencia en las comunicaciones.
Sin embargo, según los datos más recientes de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística, apenas el 15 % de la población española habla inglés de manera "adecuada". De acuerdo con el informe, un 10 % se enfrenta a dificultades expresándose en este idioma, mientras que un 75 % admite no tener conocimientos significativos de inglés.
¿Por qué nos cuesta tanto hablar bien en inglés? Hay varios factores involucrados, siendo uno de los más destacados el hecho de que el estudio del inglés en Cataluña es relativamente reciente. En este sentido, los jóvenes son quienes poseen un mayor dominio del idioma, mientras que en el grupo de personas de entre 60 y 69 años, cerca del 90 % no habla ni una palabra en inglés. Además, la diferencia estructural y lingüística entre el inglés y el español o el catalán también incide en este desafío.
En contraste, para los hispanohablantes, aprender otros idiomas con orígenes similares al español o el catalán puede ser más sencillo. El portugués, la lengua de nuestros vecinos peninsulares, guarda similitudes notables con el español, tanto en su estructura gramatical (sujeto-verbo-predicado) como en su vocabulario, lo que facilita su aprendizaje. No obstante, la variante brasileña del portugués suele resultar más accesible debido a su pronunciación más clara que la portuguesa.
Otra opción favorable es el italiano, también una lengua romance derivada del latín. Comparte una abundancia de similitudes léxicas con el español, incluyendo palabras como "per favore" y "grazie" (por favor y gracias).
El francés, aunque posee alrededor del 70 % de similitud lingüística con el español, puede presentar desafíos en su pronunciación.
Finalmente, el rumano, una lengua romance que se asemeja considerablemente al latín moderno, mantiene gran parte de su estructura gramatical y vocabulario, lo que lo convierte en otra opción viable para los hispanohablantes que deseen explorar nuevas lenguas.
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