Cuenta con un castillo que la preside, un espacio ideal para hacer snorkel y unas aguas cristalinas para zambullirse en sus profundidades. Con estas características es normal que esta playa catalana cause furor en TikTok.
Son varios los usuarios de esta red social que han caído rendidos ante los encantos de Cala Jovera, un rincón de la Costa Dorada menos masificado de lo que uno piensa, especialmente a partir de septiembre.
Espacio único
Se trata de una pequeña playa de 90 metros de largo y 20 de ancho, cuya característica principal es su ubicación: se encuentra a los pies del impresionante castillo de Tamarit. La mezcla del paisaje que ofrece la fortaleza, la arena dorada y el agua turquesa conforma una de las postales más bellas de la región.
Se trata de una cala natural rodeada de vegetación, principalmente pinos, que se abre al mar a través de una franja de 90 metros de largo por veinte de ancho. La antigua torre de defensa contra piratas se mantiene en buen estado, y hay un sendero que conduce a un denso bosque de pinos.
Cómo llegar
Para llegar a este recóndito paraje desde Barcelona, se tarda más o menos 1 hora y 10 minutos por la carretera C-32. Desde Lleida, el viaje dura 1 hora y 15 minutos por la AP-2.
En cuanto al acceso, solo es posible llegar a pie por la N-340, en dirección al castillo de Tamarit. Recuerda que, al ser una playa natural, carece de servicios. Aunque cueste un poquito acceder, valdrá la pena porque estarás solo: es un sitio perfecto para desconectar de la rutina. Incluso en estos últimos años, en donde la cala se ha viralizado más suele tener una afluencia baja por estas fechas.
El castillo
En el siglo XI, los señores de Claramunt edificaron el castillo, y más adelante, se vincularon con los Montoliu a través de matrimonios. Los descendientes de ambas familias adoptaron el apellido Tamarit, y ese fue el nombre con el que se quedó el castillo. La fortaleza medieval cuenta con arquitectura románica y a finales del siglo XV, la gran misión de este castillo era vigilar la costa para prevenir ataques de piratas.
Con el tiempo, cayó en desuso hasta que un millonario de Chicago lo adquirió a principios del siglo XX. Este curioso personaje restauró las ruinas y convirtió la fortaleza en su hogar.
En el momento de la redacción de este artículo, no es posible visitar el interior del castillo, pero se pueden disfrutar las vistas panorámicas que ofrece. El castillo se ha hecho tan famoso gracias a su belleza imponente que hasta se ha acabado convirtiendo en escenario para bodas y distintos eventos.