En la crónica legendaria, datada en 1674, se relata la historia de Francisco de la Vega, un joven cuya jornada transcurría entre amigos mientras nadaban en las aguas de la ría. Francisco, hábil nadador, perdió de vista a sus compañeros, quienes supusieron que pronto lo verían reaparecer corriente abajo. Pero el joven no volvió jamás. Los años pasaron y cinco años después, en las aguas de la bahía de Cádiz, pescadores hallaron a un ser extraño emergiendo del mar. A pesar de su apariencia humana, había desarrollado escamas en gran parte de su cuerpo, lo que lo distinguía claramente como proveniente del océano.
La leyenda del hombre pez
¿Había sido humano? ¿Un ser mítico? ¿Un demonio? Luego de su rescate, fue llevado al convento de San Francisco, donde se intentó exorcizarlo y se le interrogó en diversos idiomas. Sin embargo, el individuo parecía haber perdido su raciocinio. Con el paso de los días, los frailes solo lograron obtener una única palabra de él: Liérganes. En aquellos tiempos, no era tan sencillo como ahora, en la era de Google, buscar respuestas. Finalmente, se descubrió que Liérganes era un pequeño pueblo en Cantabria. ¿Acaso había ocurrido allí algún acontecimiento excepcional? Desde aquel rincón, resguardado al pie de los Picos Busampiro, llegó una carta que remarcaba un solo hecho significativo: la desaparición de Francisco de la Vega cinco años atrás.
Uno de los frailes, llamado Juan Rosendo, entrelazó hilos y decidió investigar si aquel ser rescatado del mar podría ser el desaparecido Francisco. Así comenzó un viaje desde Cádiz hasta Cantabria. A medida que se acercaban al pueblo, el individuo avanzaba con determinación hacia Liérganes, sin vacilaciones en su camino. Sin embargo, parecía desinteresado por todo en el lugar: apenas comía y no hablaba. Fue tildado de demente y, misteriosamente, nueve años después volvió a perderse en el mar. El único testimonio disponible provino de un pescador de San Vicente de la Barquera, quien aseguró haberlo visto adentrarse en el vasto azul en compañía de delfines. Así nació la leyenda del Hombre Marino, una narrativa ligada a uno de los pueblos más hermosos de Cantabria, que revive cada noche de San Juan. Bienvenidos a Liérganes.
Los encantos de Liérganes
Ya sea una leyenda o una verdad, el Hombre Marino ha sido honrado con un centro de interpretación en el molino situado bajo el puente, el cual intenta arrojar luz sobre esta pintoresca historia. Además, una escultura de bronce bajo el Puente Mayor, conocido como el puente romano a pesar de ser del siglo XVI, representa a Francisco de la Vega (tal vez momentos antes de sumergirse para siempre en las cristalinas aguas del río Miera, en su camino hacia el mar).
Frente a un paisaje e historias singulares, te sientes como una polilla atraída hacia la luz, hacia la belleza de este pequeño rincón de la Tierruca, habitado por apenas unos 2000 habitantes y salpicado por mil y un tonos de verde. Más allá de las leyendas, Liérganes emana magia y encanto, tanto que su centro histórico ha sido declarado conjunto de interés histórico-artístico nacional, y todo el municipio ostenta el título de uno de los Pueblos más Bonitos de España desde 2016.
Y las razones son abundantes. La grandiosidad de su centro histórico se remonta a su pasado. Durante el siglo XVII, la próspera economía de la localidad se debió a la instalación de la primera Real Fábrica de Artillería en España. Ubicada en medio de bosques y aprovechando la energía del río, esta industria de fabricación de cañones floreció y, con ella, el barrio del Mercadillo se llenó de casas señoriales. Muchas de estas construcciones han resistido el paso del tiempo, y en la actualidad conforman un conjunto arquitectónico sumamente interesante.
Recorrer este lugar da la sensación de que el tiempo se ha detenido. Entre casonas, palacetes indianos y casas en estilo barroco y neoclásico, se despliega un sendero de esplendor que incluye paradas en sitios imperdibles como el Palacio de Rañada o Cuesta-Mercadillo, las Casas de Rañada y Portilla, con balcones engalanados por una variedad de plantas y flores, la Casa de los Cañones o la Casa Setién, uno de los edificios más antiguos de Liérganes.
Un balneario único
Simultáneamente con el resurgir económico gracias a la industria, hacia 1670 se comenzó a hablar de las propiedades curativas de las aguas de la Fuente Santa en este poblado. Estas aguas eran empleadas en el tratamiento de reumatismos, problemas respiratorios, afecciones cutáneas y problemas estomacales. En 1844, Liérganes obtuvo el permiso para establecer una casa de baños con aguas sulfurosas. En 1862, finalmente, el Balneario abrió sus puertas, al que se añadió más tarde una posada y un hotel, atrayendo a viajeros de todas las regiones de España.
Tanto fue así que a principios del siglo XX, cuando los Reyes de España (Alfonso XIII y Victoria Eugenia) estaban en el Palacio de la Magdalena en Santander, decidieron visitar Liérganes para "tomar los baños". La población se llenó de emoción y pronto este sitio se convirtió en un destino de ocio y salud. Toda la actividad en Liérganes giraba en torno al Balneario, que sigue vivo en la actualidad transformado en un hotel con circuito termal, ideal para desconectar del mundo terrenal. Incluso puedes bañarte en la "Piscina del Rey", la misma en la que Alfonso XIII disfrutó en su día y que ha sido restaurada.