El prestigioso medio internacional Le Monde ha destacado a Riglos, un pequeño pueblo en Huesca, como uno de los mejores destinos para visita. ¿La razón? Su asombrosa maravilla natural que parece provenir de otro mundo.
Las maravillas de 300 metros
Las Mallos de Riglos, formaciones geológicas que pueden alcanzar hasta 300 metros de altura, son la maravilla que ha cautivado a los visitantes. Se asemejan a edificaciones construidas por humanos, con mezclas de piedras, argamasa y arcilla. El periodista Bénédicte Boucays, en un artículo de Le Monde, señala que la primera vez que se observan desde la carretera, uno podría dudar de su existencia real.
Estos Mallos se originaron debido a la orogenia alpina, un proceso de formación montañosa que tuvo lugar hace unos 65 millones de años, coincidiendo con la creación de los Pirineos. A lo largo del tiempo, la acción del agua y la erosión les otorgó sus características formas distintivas.
El paraíso de la escalada
Los Mallos de Riglos han adquirido renombre a nivel global entre los escaladores debido a su altura y tamaño. Con cerca de 200 vías de escalada disponibles, muchas compañías ofrecen oportunidades para que incluso los menos experimentados puedan disfrutar de la escalada guiada. Rutas como la del Águila Roja brindan opciones para aventureros que buscan experimentar estas formaciones y disfrutar de vistas impresionantes.
Los amantes del senderismo también encontrarán satisfacción en las múltiples rutas que rodean los Mallos de Riglos. Entre ellas destaca la ruta circular "Camino del cielo", con una longitud de 5,4 kilómetros y una duración aproximada de 2 horas y media, que incluye paradas en miradores panorámicos. Se recomienda llevar prismáticos para avistar aves como el quebrantahuesos, el águila roja y el buitre leonado.
El municipio de Riglos
La localidad de Riglos es el punto de partida de muchas de estas actividades. Ubicada a solo 45 kilómetros de Huesca, este municipio conserva restos de su muralla fortificada original, que datan del siglo XI. El centro de atención es la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Mallo, construida en el siglo XVII y que alberga obras escultóricas románicas.
A escasos minutos en coche, el Mirador de los Buitres ofrece vistas incomparables de los Mallos de Riglos y su entorno natural circundante. Se trata de un espectáculo visual que no te puedes perder, y que corona la maravilla que Riglos tiene para ofrecer.